El Gobierno de Aznar puso en marcha el Plan Galicia para acallar las críticas por la gestión del Prestige y homologar las facilidades de desplazamiento con otras zonas de la Península. En su vertiente ferroviaria, de los 873 kilómetros que contemplaba para modernizar y completar la red interior y de conexión con las comunidades limítrofes hoy, 20 años después, tan solo 327 han sido construidos o reformados: al eje atlántico siguen faltándole los 80 kilómetros que, por ambos extremos, deberían conectarlo con Ferrol al norte y la frontera de Portugal al sur. Del acceso a la Meseta todavía están iniciándose los 18 kilómetros del acceso a Ourense, donde se sigue circulando en vía única y, como un parche de consolación, se trabaja en poner al día la conexión Ourense-Monforte-Lugo, que el plan contemplaba como alta velocidad para ser recorrida en 40 minutos, y que al finalizarse en el 2024 no bajará de una hora y 20 minutos.
Nunca más se supo de la transformación de la línea Lugo-A Coruña ni de la de Ponferrada a Monforte. Abel Caballero, como ministro de Transportes, pronosticó en 1988 la llegada de la alta velocidad a Galicia en 1993, y años después Transportes ha dejado de considerar la alternativa de Cerdedo, impidiendo la comunicación directa de Vigo con Ourense hacia Madrid. A la línea de alta velocidad transcantábrica le fue extendido el certificado de defunción precisamente por un ministro de Fomento natural de Lugo.
Tras este deprimente resultado del Plan Galicia, la sociedad civil debe reivindicar estas actuaciones: 1) Finalización según proyecto, esto es, en ancho estándar, de la línea Olmedo-Santiago, con doble vía continua y dotada al 100 % de ERTMS. 2) Completar el eje atlántico, haciéndolo llegar tanto a la frontera de Portugal como a Ferrol. 3) Terminar la transformación de la línea de Ourense a Lugo incluyendo las variantes de Os Peares y Rubián que Transportes ha escamoteado. 4) Iniciar el estudio informativo de una línea verdaderamente directa entre Ourense y Vigo. 5) Implantación de los servicios de cercanías en las grandes ciudades. 6) Vertebrar y comunicar todos los puertos del Estado en Galicia con la Meseta y Europa a través de la línea Ourense-Zamora-Medina, liberada ya de tráfico de viajeros.