El lamento de los albergues del Camino: «Este es un año perdido»

ANDRÉ SISO ZAPATA / R.S. LA VOZ

GALICIA

Los albergues prevén un 2020 dramático
Los albergues prevén un 2020 dramático CAPOTILLO

Desde que se abrió la ruta tras la pandemia, la cifra de peregrinos ha descendido un 80 %, hasta cerrar un julio con cifras inéditas. «Ni siquiera los ves, es una pena», dicen en el sector

15 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los albergues del Camino están viviendo el peor año que se recuerda. Para muchos de ellos, la crisis del covid ha supuesto un golpe en vísperas del Xacobeo 2021, del que no saben cómo se repondrán. Desde su reapertura el pasado uno de julio, el número de peregrinos que recorrieron el Camino ha sido un 80 % más bajo que el año pasado. Ha sido, de hecho, el peor julio desde que se tienen registros, según datos de la Oficina del Peregrino. Solo 9.752 personas transitaron algún tramo de la ruta en este mes, un dato mínimo con respecto a los 53.330 del 2019, o incluso a los 18.720 de julio del año 2006, el que, hasta ahora, era el peor en término de visitantes.

El origen de los visitantes da otras pistas sobre el bajón. El 80 % de los viajeros son españoles, cuando habitualmente representaban el 60 %. La obligación de pasar cuarentena a los turistas de otros países y el miedo a posibles contagios ha pesado a la hora de rechazar recorrer el Camino.

Después de enero y febrero, la crisis del covid acabó con todas las previsiones que los responsables de los albergues y de la organización del Camino tenían para el 2020. Marzo, abril, mayo y junio fueron un páramo. Con la reapertura de los albergues en julio, se esperaba recuperar una parte del tiempo perdido y volver a acoger a peregrinos procedentes de todo el mundo. Sin embargo, las cifras demuestran lo contrario. «Este ya es un año perdido. Julio fue terrible y agosto, que parecía que iba bien, ha caído en picado. Va a ser como un mes de enero de otros años». Son palabras de Borja Rodríguez, dueño de un albergue de Arzúa. Esta reflexión es compartida por la mayoría de trabajadores de los albergues gallegos. «Aquí estamos a un 15 % de ocupación los días buenos, y me consta que en el resto del Camino las cosas no van mucho mejor», comenta.

En Melide, por ejemplo, los responsables del albergue Alfonso II han decidido solo abrir los días que tienen peregrinos alojados. La mayoría permanecen cerrados. «A ocupación é mínima, intermitente e de persoas que fan tramos moi curtos», dice Manuel Cabo, uno de los dueños. Destaca, además, el aumento del turismo interior: «A gran parte dos peregrinos son galegos. Iso é algo moi raro. Outros anos estamos cheos de estranxeiros, e custa encontrar a un galego. Son aos únicos aos que lles compensa facer o Camiño este ano».

En Portomarín, uno de los puntos estratégicos del Camino, no dudan: es un año dramático. Estefanía Navia, dueña de otro albergue, lo ve así: «Muchos ni han abierto, no les compensa. Ni siquiera ves peregrinos por el Camino. Es una pena».