Cuando nuestros hijos son víctimas de nuestras decisiones

Cristina Valiñas MATRONA DEL Á. CUNQUEIRO

GALICIA

PEPA LOSADA

14 dic 2018 . Actualizado a las 08:05 h.

Quiero lanzar una reflexión a una sociedad conmocionada por la tragedia de perder a un bebé en un parto domiciliario sin asistencia sanitaria. Como matrona y como madre, siento impotencia ante una situación que podría haberse evitado. Estos días se debate la seguridad del parto en casa. Pero lo ocurrido es síntoma de un problema mayor. Algo está fallando cuando un hijo muere por las malas decisiones de unos padres que creen estar haciendo lo mejor para él. Esta semana perdimos a un bebé por un parto domiciliario desaconsejado por cualquier matrona o ginecólogo. En mayo del año pasado conocíamos la noticia de otro bebé que murió desnutrido, por recibir solo leche vegetal. A mayores está el goteo de víctimas causadas por el movimiento antivacunas. Todos tenemos parte de responsabilidad en lo que está pasando.

En la era de Internet y las redes sociales, no somos conscientes de que podemos estar rodeados de información y desinformados. No analizamos en profundidad la fiabilidad de las fuentes. Doulas o supuestos expertos en temas, sin formación ni experiencia profesional, tienen el poder y credibilidad que nosotros les concedemos. Somos responsables de en quién depositamos nuestra confianza.

En el caso de los sanitarios, cada vez que en una consulta se recomienda no leer Internet, en vez de sugerir dónde encontrar información segura. Cada vez que unos padres dan con un profesional desactualizado, que daña la imagen de todos. O cuando un paciente siente que no han sido escuchadas sus opiniones. En todos estos casos, se favorece un clima de resentimiento y desconfianza. Nos formamos y trabajamos para cuidar y curar a las personas. No debemos permitir que unos pocos deterioren el concepto de lo que somos. Respetemos y se nos respetará. Escuchemos y se nos escuchará. Humanicemos más nuestra atención en los hospitales y se sentirán en casa.

Por otro lado, toda la sociedad somos cómplices de los bulos que se viralizan. No debemos compartir información sobre algo de lo que no tenemos evidencia de su certeza. Los bulos de cualquier tema hacen daño. Los bulos sobre salud pueden causar muertes.

Mi súplica es: ¡ni uno más! Nuestros hijos son nuestro mayor tesoro y nuestro futuro. No alimentemos una guerra entre profesionales sanitarios y sociedad. Juntos somos más fuertes. No abramos la puerta a engaños, estafas, intrusismo y demás miserias que solo pueden traer más desgracias.

Cristina Valiñas es autora de la web www.padresmillennials.com