El rastro perdido del doctor Alfonso Mozos

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Xoán A. Soler

La desaparición del conocido psiquiatra compostelano cumple diez meses sin que haya pistas de si está o no vivo

12 sep 2020 . Actualizado a las 20:19 h.

En el magnificente paraje de Ponte Ulla, junto al viaducto del ferrocarril que salva el río del mismo nombre, se perdió por completo el rastro del doctor Alfonso Mozos Ansorena hace ya diez meses. Desde entonces, nada se sabe de él. Ni para bien, ni para mal. «En estos casos lo que buscamos son o pruebas de vida que nos indiquen que se trata de una desaparición voluntaria o pruebas de muerte que apunten a un posible suicidio. Esas son las dos hipótesis sobre las que se ha trabajado, y no hemos obtenido ni una cosa ni la otra. No sabemos con certeza qué pasó», explica un mando de la Policía Nacional que participó en las arduas e infructuosas tareas de búsqueda de este conocido psiquiatra compostelano.

¿Qué pudo pasar? Mozos disfrutaba en aquel inicio de diciembre del año pasado de unos días libres. Trabajaba en el Hospital da Barbanza y antes lo había hecho en el Clínico de Santiago. La última vez que su familia tuvo noticias de él fue en la tarde del día 5. Era martes. Tres días después, el viernes, su coche apareció en un vial que da acceso al puente del ferrocarril de Ponte Ulla, entre Vedra y A Estrada. Tenía las puertas cerradas con llave y alrededor había varias colillas apagadas. Un claro indicio de que Alfonso estuvo un buen rato allí parado, quizás nervioso y pensando qué hacer.

XOAN A. SOLER

El puente viejo del ferrocarril, que también recibe el nombre de Gundián, cuenta con un mirador y es ciertamente espectacular con su arco de 52 metros y su caída de 85 sobre el río. Un bucólico entorno que atrae tanto a turistas, deportistas y amantes de la naturaleza como a suicidas. Es uno de esos lugares en los que se concentran los sucesos de personas que deciden acabar con su vida. Por ello, esa fue una de las primeras hipótesis de trabajo de la policía cuando se encontró el coche de Alfonso Mozos. 

Ruptura y una nueva relación

La investigación puso de manifiesto que el médico, que ocupaba en el momento de su desaparición el cargo de secretario de la Asociación Galega de Psiquiatría, tenía cierta tendencia a la depresión y que fechas previas había sufrido cambios importantes en su vida. Uno de los más significativos, la ruptura sentimental con la que había sido su novia de toda la vida y el inicio de una nueva relación en la que estaba inmerso cuando desapareció. Muy lejos quedaban los días felices del 2015, cuando el joven doctor era reconocido por su innovador trabajo para el diagnóstico precoz de la esquizofrenia basándose en el movimiento de los ojos durante la lectura, una investigación que fue su tesis doctoral y que le valió el premio de la Sociedad Española de Psiquiatría.

¿Se lanzó Alfonso Mozos desde el puente al río Ulla? Puede ser, pero el cadáver jamás apareció pese a las intensas jornadas de búsqueda que siguieron a su desaparición, en las que intervinieron helicópteros, buzos y patrullas a pie. Un misterio. Es cierto que en aquellos días la borrasca Ana provocó una crecida que pudo favorecer que el cuerpo bajase arrastrado cauce abajo, pero es raro no haber hallado nada. Ni un zapato, ni una prenda de ropa, nada. «Sobre todo, porque poco después de ese punto hay una pequeña presa. Lo más normal es que el cuerpo no superase este obstáculo y que los buzos lo encontraran, pero no fue así», señala uno de los miembros del equipo de búsqueda.

«Todo está 'out'»

Entonces, ¿puede el doctor Mozos estar vivo? La policía no lo descarta, aunque tampoco hay ni un solo signo que permita apuntalar esta hipótesis. Tras su desaparición, se hizo una intensa labor de control y vigilancia de todo aquello que permitiera seguir el rastro del psiquiatra. Se escrutaron sus redes sociales, su móvil, sus cuentas y tarjetas bancarias y sus correos electrónicos. El resultado fue la nada más absoluta. Ni un solo movimiento. «Todo está out», asegura explícito el mando policial que ha participado en la investigación. «No tenemos una certeza ni de que esté vivo ni de lo contrario, pero seguimos investigando», añade. ¿Hasta cuándo? Nadie lo sabe. La verdad sigue muda y oculta tras las piedras y las aguas de Ponte Ulla.