Las 3.000 empresas del sector de la madera facturan casi 2.000 millones de euros al año

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La madera representa el 12% del empleo industrial gallego. En la imagen, un buque carga troncos en el puerto exterior de Ferrol
La madera representa el 12% del empleo industrial gallego. En la imagen, un buque carga troncos en el puerto exterior de Ferrol ANGEL MANSO

Gigantes como Ence o Finsa son la locomotora de un grupo que da trabajo a 80.000 personas

17 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los números del sector de la madera muestran a las claras su importancia capital en la economía gallega. La facturación conjunta de la industria de la madera y el mueble está cerca de los 2.000 millones de euros anuales y representa el 1,8 % del producto interior bruto (PIB) de la comunidad. En lo que a empleo se refiere, las 3.000 empresas de este grupo dan trabajo directo e indirecto a 80.000 personas, lo que supone que la cadena de valor de este producto representa al menos el 12 % del empleo industrial de Galicia, según los datos del Clúster da Madeira.

La locomotora del sector son dos gigantes como Ence y Finsa, que dan empleo entre ambas a más de 8.000 personas. La primera fabrica pasta de papel en su planta de la ría de Pontevedra y es el principal consumidor de eucalipto, uno de los cultivos forestales tradicionales. Gestiona directamente 10.500 hectáreas, pero compra a propietarios particulares por valor de cien millones al año. La segunda, con sede en Santiago y veinte plantas de producción en España, Francia, Portugal y Estados Unidos, tiene en el pino una de sus principales materias primas.

En la fabricación de tablero, otro referente en Galicia es Losán, con sede en A Coruña y 677 empleados, 245 de ellos en Galicia. Exportan el 99 % de su producción y se abastecen fundamentalmente de roble francés porque el gallego no reúne los requisitos de calidad que exigen sus estándares. Un problema sobre el que también alerta el presidente de Fearmarga, la entidad que engloba los 306 aserraderos gallegos, que facturan 306 millones de euros y generan más de 7.600 empleos directos. Elier Ojea ve necesario mejorar en formación y en el tamaño de las empresas, pero sobre todo «poder generar una madera de calidad y no tener que importarla. Hace 25 años había empresas en Galicia que se dedicaban a la chapa que han desaparecido porque la madera ha perdido calidad, y en ello han tenido mucho que ver los incendios», explica.

Es en estos primeros eslabones de la cadena de valor de la madera en los que Galicia es una potencia europea, pero en la segunda transformación aún hay mucho margen de crecimiento. Y es aquí donde entra en juego una industria, como la de fabricación del mueble, en la que firmas como, entre muchas otras, Cándido Hermida (Narón), Mobalco (A Coruña), Senssia (Barro) o Portadeza (Lalín) están mostrando el camino por el que debe transitar el futuro del sector para lograr aumentar su peso en la economía y el empleo de la comunidad.

El presidente del Clúster da Madeira e o Deseño de Galicia, José Manuel Iglesias, destaca el «esfuerzo innovador» que está haciendo todo el sector. Él es optimista. «Los datos demuestran que la madera está creciendo el doble que la media de los otros sectores industriales», asegura. Y destaca que el empleo que generan es «doblemente valioso» porque «está muy distribuido y asentado en ámbitos donde escasea la actividad industrial». El objetivo de futuro: la «profesionalización» para que las empresas puedan «crecer de tamaño». 

«O monte como o tiñamos non nos valía para nada»

El nuevo Plan Forestal de Galicia se ha marcado entre sus objetivos principales lograr que las sociedades de fomento forestal (Sofor) multipliquen su presencia a lo largo y ancho de la comunidad autónoma. Ahora mismo hay once: en Serra de Outes-Negreira, A Estrada, Silleda, Lalín, O Irixo, Pol, Meira, A Fonsagrada y Becerreá. La estradense es la de Requián, donde en el 2016 algo más de cuarenta propietarios de terreno se agruparon para trabajar en común una superficie total cercana a las 300 hectáreas en las que predomina el pino del país que se plantó con ayuda de la Xunta hace dos décadas. El presidente de esta entidad, Faustino Iglesias Iglesias, admite la falta de experiencia -«porque estamos empezando»-, pero tiene claro que es un paso muy importante: «A nós o monte como o tiñamos non nos valía para nada, porque o monte, se non se limpa, o lume está aí. Cada un pola súa conta non se fai nada, porque un pode limpar, pero, se o do lado non o fai, pois non arranxamos nada». Además de mejorar en seguridad, espera que a medio plazo, las talas empiecen a darles beneficios económicos.

«Hay que aplicar la compra verde de productos locales»

El de los biocombustibles sólidos forma parte también del sector de la madera y en As Pontes tiene su sede una empresa gallega líder en España en su segmento, como es Biomasa Forestal, cuya facturación no ha parado de crecer y está ya en los 9 millones de euros, con un total de 65.000 toneladas de pellets fabricados al año. Ahora han comenzado nuevas líneas de negocio, como las astillas y los gránulos de madera que se emplean como lecho natural para mascotas. La directora ejecutiva (CEO) de la compañía, Luz Pardo, cree que de cara al futuro las Administraciones deberían «empezar a aplicar la compra verde de productos locales ecológicamente ambientales». Una empresa como la suya, con varias certificaciones y entre ellas la de cadena de custodia o huella de carbono, al poder garantizar que la materia prima consumida es local y no hay desplazamientos reduce las emisiones de CO2 en el proceso productivo, y cree que eso debería tenerse en cuenta en los concursos públicos de compra verde. Otra de sus viejas reivindicaciones es la reducción al 10 % del IVA del pellet doméstico para calefacción.

«Se debe seguir apostando por la internacionalización»

Cándido Hermida echó a andar en 1984 con la apertura de un taller dedicado al mobiliario a medida de diseño y alta calidad. En los noventa, empezar a trabajar con Inditex les dio el impulso que necesitaban para crecer, industrializarse e iniciar una internacionalización que los ha llevado a operar en más de 70 países y 500 ciudades. El año pasado facturaron 62 millones de euros y cuentan con seis centros de trabajo en la comarca de Ferrolterra con 120.000 metros cuadrados en instalaciones y una media de 600 empleados. El presidente del grupo que lleva su nombre lo tiene claro: «El sector necesita reforzar la formación de los jóvenes gallegos, puesto que nuestro crecimiento se basa en profesionales formados en centros de FP y en las universidades, que deben estar alineadas con las necesidades de la industria». Otro punto fundamental para que el sector de la madera pueda seguir creciendo es, en su opinión, que «las Administraciones públicas sigan apostando por la internacionalización» y destaca que hay que poner en valor a la industria gallega, «ya que fabrica productos de alta calidad», añade.