Esta nieve también combate la sequía

Xavier Fonseca Blanco
XAVIER FONSECA REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CEDIDA

La precipitación en estado sólido es muy beneficiosa para el suelo porque se va filtrando poco a poco

08 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La manera más eficaz de combatir una sequía no es otra que a través de la precipitación, en el sentido más amplio del término. El agua puede caer desde las nubes en estado líquido, como lluvia, que es sin duda el hidrometeoro más común en Galicia. Pero también puede precipitarse en forma de nieve. En este sentido, las nevadas de la última semana, que han sido copiosas en muchas zonas de la comunidad, tendrán un efecto muy positivo: ayudarán a aumentar la humedad del suelo gallego, que ha sufrido notablemente los efectos de la sequía. «La precipitación en estado sólido tiene mucha calidad porque no se funde enseguida, sino que va filtrándose poco a poco y permite que los acuíferos vayan llenándose», comenta el meteorólogo Juan Taboada.

En una situación de ausencia de precipitaciones, no es lo mismo que llueva de forma intensa durante un solo día, con registros que pueden alcanzar 100 litros por metro cuadrado, que una configuración de lluvia prolongada, con 20 litros por metro cuadrado en cinco días. Siempre será mejor lo segundo. «El suelo se puede interpretar como una esponja, que estaba muy seca. El primer agua que cae no es capaz de humedecerla, aunque si llega de forma continua sí que empieza a cargarla de humedad. Esto sucede con la lluvia cuando vienen las borrascas una tras otra, pero también puede hacerlo la nieve. Las nevadas persistentes de la última semana provocarán que el suelo vaya ganando humedad poco a poco», añade.

Además, la nieve ha estado acumulándose con más intensidad en el interior, precisamente donde hace falta más agua. Durante los últimos dos meses el tren de borrascas ha permitido mejorar notablemente el caudal de los ríos y el nivel de los embalses gallegos, pero más en las provincias atlánticas. Los frentes que vienen de las mano de las bajas presiones entran por la costa sur de Galicia, donde descargan la mayor cantidad de agua. A medida que cruzan la comunidad del oeste hacia el este, siguiendo la circulación general de la atmósfera, el frente comienza a dejar menos precipitación. Cuanto más se aproxima el interior menos cantidad de agua precipitable contiene. Esto explica el contraste actual entre las cuencas hidrográficas gallegas a pesar de las lluvias intensas desde diciembre. La de Galicia Costa se encuentra ahora mismo rozando el 70% de su capacidad. Hay algunos casos llamativos, como el embalse de Eiras. Después de haber estado en una situación crítica, hoy el nivel del agua embalsada supera el 80 %. Sin embargo, la cuenca del Miño-Sil no ha podido recuperarse tanto. Todavía se mantiene al 53 % de su capacidad. «La cuenca del Miño va a salir muy beneficiada de las recientes nevadas y sobre todo la cuenca del Sil. Durante las próximas semanas irá cogiendo agua del deshielo», termina Taboada.