Esperando al artífice de la reconstrucción

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Pablo Carballo

Los candidatos miran a la etapa de Touriño como guía para recuperar el poder que tuvo el PSdeG

08 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un militante pata negra del PSOE gallego suele decir que el suyo es un partido acomodado a vivir «en el lío permanente», pero que de vez en cuando engancha períodos de lucidez para gestionar con acierto y desplegar su verdadera capacidad transformadora. Es algo que los electores premiaron hace tiempo en A Coruña y Santiago, no hace tanto en Lugo y que ahora valoran en Vigo, por acotar los ejemplos solo a las ciudades. 

Algo parecido ocurre en el plano gallego. El paso del PSdeG por la historia autonómica es un juego de tronos repleto de citas intestinas, en el que sobresale la figura del expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño, quien recibió un partido roto en pedazos en el congreso de Ourense de 1998 y que con la ayuda de Antón Louro, primero, y de Ricardo Varela, después, fue empastando para conducirlo a la mayor cota de poder institucional de todos los tiempos.

Desde que Touriño cedió el testigo del PSdeG en el 2009, al día siguiente de ser apeado de la Xunta, los socialistas gallegos se afanan en buscar otro artífice para reconstruir el partido. Y con cada ensayo bajan un peldaño más hacia el infierno. Pachi Vázquez le puso ganas, pero las guerrillas que marcaron su mandato empujaron los votos a nuevas formaciones, como AGE. Besteiro volvió a intentarlo y se dio de bruces con las diez imputaciones judiciales asociadas a la corrupción, que acabaron dejando al partido huérfano con su dimisión en marzo del 2016.

Desde entonces, el PSdeG vive bajo la regencia de Pilar Cancela aguardando a que los militantes entronicen hoy al nuevo secretario general capaz de casar al partido de la zona de arenas movedizas en las que cada vez se hunde más. Todos son conscientes de que el PSOE gallego necesita algo parecido a un Touriño, capaz de estabilizar el partido y recuperar la autoridad, pero que articule un proyecto coherente para recuperar la credibilidad.

El propio Touriño, preguntado esta misma semana por las primarias, no se moja. «O que decidan os militantes estará ben», señaló. La equidistancia que mantiene es otro ingrediente más para que su figura la reivindiquen por igual las dos personas que se miden en las primarias.

Gonzalo Caballero elogió varias veces el trabajo hecho por Touriño, por tomar las riendas del partido cuando era tercera fuerza en Galicia, como ahora, y llevarlo hasta la presidencia de la Xunta. Juan Díaz Villoslada también dijo que reivindicaría siempre la figura del expresidente para volver al centro de la escena política con más fuerza.

En la otra etapa en la que el PSdeG descendió a los infiernos, tras el desembarco de Fraga en Galicia, tardó más de ocho años en encontrar a Touriño para empezar a remontar el vuelo. Transcurrieron ya ocho años desde el desalojo de la Xunta y encara un proceso parecido.

En el congreso de Ourense, en 1998, el proyecto renovador de Touriño se impuso al de Miguel Cortizo que apadrinaba todo el aparato del partido. Esta vez, tanto Caballero como Villoslada prometen renovación, que es una idea que tiene mejor venta. Lo que falta por ver es si el aparato del poder del partido, posicionado con el segundo, va a jugar a su favor o a la contra.