El camionero contra el que se estrelló el joven de 22 años que circulaba en sentido contrario en Santiago asegura que no pudo evitar el choque: «Non tiven escapatoria»
21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Manuel Mirás Castro se llevó el pasado miércoles el mayor susto de su vida. Él conducía el camión contra el que se estrelló Jesús Costoya Freire, el kamikaze de 22 años que murió en el acto tras entrar en la autovía A-54 en sentido contrario y estrellarse contra el tráiler de este transportista de Pedrouzo (O Pino). No pudo hacer nada, pero está muy impactado: «O desgusto non hai quen cho saque do corpo. Queiras ou non, houbo unha vítima. Eu vinme nesa situación sen comelo nin bebelo, mais houbo unha morte».
El relato de Mirás de cómo se produjo la colisión coincide con el que han hecho otros testigos del accidente y con la propia investigación que está llevando a cabo la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil para tratar de saber si Costoya Freire accedió voluntariamente por el sentido contrario a la A-54 (la futura autovía Santiago-Lugo) que une la capital gallega con el aeropuerto de Lavacolla, y se estrelló de forma intencionada contra el camión. «El viña polo carril da esquerda e eu polo da dereita. Chegando a min xa invadiu o meu carril e eu intentei esquivalo, pero el aínda xirou mais e veu contra min», explica el transportista. «Non tiven escapatoria, cando intentei esquivalo xa o tiña espetado contra min», añade.
El suceso está en investigación y es el juez Andrés Lago Louro, de Santiago, el que instruye la causa. Ahora, los investigadores están analizando las informaciones de otros conductores que se cruzaron con el supuesto kamikaze, al tiempo que comprueban si alguna cámara de vigilancia captó la entrada del coche del joven y su evolución en la carretera hasta que se estrelló contra el tráiler para saber si lo hizo voluntariamente.
Así lo cree el transportista de O Pino. «Eu, polo que vin, o chaval viña por min, porque ían dous coches diante miña e pasou de largo, non deu volantazo contra eles, so o deu cara a min. Eu fixen o que puiden, tratei de esquivalo, pero non fun capaz», relata.
Los daños que sufrió el camión y las huellas que quedaron en la calzada parecen corroborar la versión de Mirás Castro. El camión giró hacia la derecha cuando vio que el kamikaze iba contra él. Eso provocó que el impacto no fuese frontal, sino lateral. El turismo, un Citroën Xantia de color azul, se empotró en las ruedas del remolque, pero la cabina del conductor estaba intacta, lo que evitó que el camionero sufriese lesiones.
Recorrió apenas un kilómetro
Otro dato importante es que el joven de 22 años, vecino de O Milladoiro (Ames) pero con familia en Arzúa y en Sobrado dos Monxes, recorrió apenas un kilómetro en sentido contrario por la A-54. Entró en la rotonda en la que finaliza la autovía -viniendo desde Santiago-, donde esta vía conecta con la N-547, que va a Arzúa y Melide, y la N-634, que va a Lugo. En el kilómetro 85,9 chocó contra el camión. Fue cerca del tramo que pasa por debajo de la rotonda que enlaza esta carretera con la que va al aeropuerto de Lavacolla.
Señalización reforzada
Era mediodía, había buena visibilidad y las condiciones ambientales eran buenas. Y el punto por el que accedió a la autovía en sentido contrario tiene dos grandes señales de prohibido con pintura fluorescente muy visible. A la espera de lo que concluya la investigación, eso reforzaría la teoría de que el joven no se confundió al entrar en la rotonda en una zona que probablemente conocería.
El impacto fue brutal y el joven conductor murió en el acto. «Eu viña circulando a 90 e aínda que el fora tamén a 90 son 180 cando nos cruzamos. Foi unha desgraza, pero imaxine se fora contra un turismo no que viaxara unha familia», dice el camionero.