El PSdeG se desangra a izquierda y derecha y el PP depende de sus votantes indecisos

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Trasvase de voto
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El BNG pierde más de la mitad de su electorado tradicional, del que un 28,7 % buscaría refugio en En Marea y Podemos

07 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La actitud de los electores que participaron en las autonómicas del 2012 dibuja una huida de votantes de los tres partidos que antes de esos comicios sustentaban el status quo político gallego. Este movimiento hacia las nuevas formaciones políticas -de las que AGE fue hace cuatro años un embrión- se percibe especialmente en el BNG, que pierde más de la mitad de su electorado tradicional, pero también en el PSdeG. Aunque en la encuesta de Sondaxe se otorga a los socialistas un suelo electoral consistente -se quedaría en 15 en escaños, tres menos que en el 2012-, pierde apoyos por la izquierda -especialmente hacia En Marea y Podemos-, pero también hacia su derecha, con una reseñable fuga de votos hacia el PP (6,4 %) y Ciudadanos (2 %). Esta sangría nunca superaría los votantes que se van a sus potenciales socios en caso de que el PP pierda la mayoría absoluta, un 10,2 %.

En cualquier caso, el PSOE es el partido que más electores indecisos u opacos ostenta en la encuesta exprés de Sondaxe (un 18,6 %), y su movilización será clave en los resultados que finalmente logre la candidatura de Fernández Leiceaga.

No obstante, parece que el rumbo de los indecisos será bastante más decisivo en el PP, en un contexto en el que los de Feijoo se encontrarían a un solo escaño de la mayoría absoluta. Los populares atesoran el electorado más fiel, pues un 84,7 % de los que impulsaron a Feijoo hacia su segunda mayoría absoluta mantienen su apoyo a este partido, a pesar de una legislatura muy dura marcada por los recortes y la irrupción de nuevas opciones políticas.

Pese a este contexto, la salida de votantes desde el PP hacia otras formaciones es muy residual. Incluso en el caso de Ciudadanos, que apenas recibe los electores que perdería la formación mayoritaria del centroderecha, mientras que en el resto del Estado se nutre en buena medida de exvotantes del Partido Popular. En realidad, la formación liderada por Albert Rivera atesora el mayor contingente de nuevos votantes de todo el arco político gallego, un 21,8 %, muy por encima de los que optan por las nuevas formaciones de la izquierda (un 16,8 %).

Ante este situación, el mayor grupo de votantes del 2012 que no optaría de momento por el PP, un 10,3 %, son personas que dudan en mantener el voto que decidieron hace cuatro años u ocultan sus verdaderas intenciones. El 5 % que deja claramente de apoyar al PP se va a la abstención (2,5 %), a otras formaciones o al voto en blanco.

Más difícil lo tiene el BNG para recomponerse de un éxodo masiva de votantes hacia las nuevas formaciones y coaliciones de izquierda que aún no han perfilado su candidatura. No obstante, mantiene un retén importante de antiguos votantes indecisos (16,5 %), el segundo en importancia después del PSOE, que pueden ser movilizados en la campaña por las candidaturas que encabeza Ana Pontón.

Indecisión en abstencionistas

Llama la atención la importante movilización de votantes que optaron por la abstención en el 2012. Tan solo un 43,7 % tiene claro que optará de nuevo por no participar en las autonómicas gallegas. Buena parte de esta movilización de antiguos abstencionistas (un 10,1 %) beneficia al PP, mientras que el resto se reparte en porcentajes modestos entre el resto de los partidos con posibilidades de tener representación. En cualquier caso, existe un objetivo interesante de cara a la campaña electoral: el 24,2 % de indecisos entre antiguos abstencionistas y el 32,7 % de nuevos votantes que aún no han decidido qué harán. En ellos pueden estar las claves del 25S en una situación de empate técnico.

Feijoo es el único candidato que aprueba y gana al resto en popularidad

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, es el único candidato que repite de los que se presentaron a las autonómicas de hace cuatro años. Eso da una cierta ventaja -lo mismo que haber estado al mando de la Xunta durante los últimos ocho años- frente a otras candidaturas que eligieron recientemente a su cabeza de cartel (PSdeG y BNG) o aún están en trámites para hacerlo (En Marea, Podemos y Ciudadanos). Estos hechos se reflejan con claridad en los datos sobre conocimiento y valoración de los líderes políticos gallegos. Feijoo es el más conocido de los ocho políticos sobre los que se formularon preguntas a los encuestados. Un 98, 5 % de ellos aseguran conocerlo. Y también es el único que logra el aprobado, que supera con cuatro décimas, aunque es más valorado entre los mayores de 55 años y en los núcleos de población de menos de 10.000 habitantes.

El que más se acerca al 5 de sus competidores es Xoaquín Fernández Leiceaga, candidato a la presidencia de la Xunta del PSdeG, que logra un 4,03, pero al que solo conocen el 56 % de los encuestados. Solo el veterano Xosé Manuel Beiras se acerca en popularidad al presidente de la Xunta, aunque tampoco logra el aprobado (4,01), lo mismo que le sucede a su compañera de escaño cuando AGE llegó al Parlamento gallego. Yolanda Díaz, ahora diputada en el Congreso con En Marea, es ligeramente más conocida que Leiceaga (56,6 %) y empata con el candidato socialista en valoración (4,03).

Pese a su larga trayectoria parlamentaria, Ana Pontón, portavoz nacional del BNG y candidata de este partido, apenas llega al 40 % de conocimiento entre los encuestados, aunque logra una nota razonablemente buena entre los suspendidos (un 4,02, ligeramente superior a la de Beiras, por ejemplo, un político que, al contrario que Feijoo, logra sus mejores resultados entre los más jóvenes).

Los políticos menos conocidos son Luís Villares (28,3 %), candidato a las primarias de En Marea; Carmen Santos (26,4 %), secretaria general de Podemos Galicia; y José Canedo (25,1 %), de Ciudadanos. Todos obtienen notas por debajo del 4. En la encuesta no se incluye a Cristina Losada, de Ciudadanos, pues presentó ayer su candidatura a las primarias para encabezar la lista de ese partido.