«Que me deixen ver aos meus netos»

Susana Acosta
Susana Acosta REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

Hace año y medio que conoció a sus nietos, a los que visita en un centro de menores. Ahora le han comunicado que van a ser adoptados y teme no poder verlos nunca más

20 dic 2015 . Actualizado a las 15:04 h.

A Blandina Ponte Sánchez le esperan unas Navidades muy tristes. Las más tristes de su vida. El pasado lunes recibió la peor noticia que le podrían dar: sus cuatro nietos, de entre tres y siete años, van a ser adoptados y no podrá seguir viéndolos si sus nuevas familias no se lo permiten: «Síntome desamparada. Parece que non queren escoitar o que eu diga. Estou mal, moi mal», comenta esta mujer, que no puede evitar llorar.

Hace algo más de año y medio que esta vecina de Arteixo, que tuvo una dura vida, supo de la existencia de sus nietos: «Conseguíalles roupa e comida para toda a semana. Dende que os coñecín, sempre estiven preocupada por eles», comenta. Y no desea otra cosa que poder ver a sus nietos: «Cando os levaron para o centro de menores de A Coruña sempre fun a velos. Ía cada quince días, que era cando me deixaban visitalos. A min sempre me dixeron que os nenos nunca ían ser adoptados, que non os ían separar e que como moito estarían nunha casa de acollida, pero o pasado luns dixéronme que os ían dar en adopción. E eu penso que van ir con pais distintos porque é moi difícil que unha parella adopte a catro nenos», comenta esta abuela de tan solo 48 años.

Blandina explica que intentó quedarse con los niños: «Dixéronme que non podía quedarme con eles porque non tiña recursos», explica. Ella cobra la Risga desde hace ocho años y no puede trabajar porque padece fibromialgia y problemas físicos en la espalda: «Antes era planchadora nun taller de costura pero agora non podo traballar. Aínda así, eu teño a miña casa, e sei que por eles faría calquera cousa. Non lles faltaría comida e roupa. Teño forza para loitar polos meus netos, faría calquera cousa», repite emocionada.

La situación es límite. Sabe que los trámites de adopción se acelerarán el próximo martes y se siente impotente por no poder hacer nada para evitarlo: «Non me opoño a que os servizos de menores os atendan durante a semana, pero poderían vir comigo os fins de semana. Tampouco a que estiveran nun centro de acollida, porque aí si podería visitalos. Ou, no caso de que os adopten, que polo menos puidera velos, que non perderan ese vínculo que teñen coa súa avoa», explica.

Blandina lleva en su móvil muchas fotos de los pequeños. Las lágrimas salen cuando las muestra porque sabe que tiene pocas esperanzas de recuperarlos. Pero al contrario de lo que su nombre indica, Blandina es fuerte y no se va a quedar con los brazos cruzados. Explica que ha abierto una cuenta bancaria para recaudar dinero y poder pagar un abogado que la ayude, al menos, a tener un régimen de visitas de sus nietos. También se están recogiendo firmas y se ha creado una página en las redes sociales de apoyo a su causa. Pero sabe que su lucha está en los juzgados, por eso es tan importante para ella encontrar un abogado que la represente. A su lado está Teresa Camacho Díaz, su amiga y apoyo en todo este proceso: «Ella se volcó para que a sus nietos no les faltara de nada, a pesar de no tener grandes recursos económicos. Les dio comida, ropa, incluso los llevó a vacunar. No es justo que ahora no pueda volver a verlos. Y más cuando son su familia», sostiene Teresa.

«Quérenme moito»

En cuanto a la relación que los pequeños tienen con la abuela, Blandina explica que cada vez que los ve ellos se ponen muy contentos: «Os nenos quérenme moito. O mesmo que eu a eles. Pedín que me deixaran despedirme e quedaron en chamarme, pero sei que non o van facer», se lamenta.

Esta vecina de Arteixo es consciente de que lo mejor para los menores es estar en un hogar. Por eso pide que se queden con ella porque así estarán juntos y si eso no es posible, al menos, que no le quiten la única ilusión que tiene: «Que me deixen ver aos meus netos», pide a los servicios sociales de la Xunta esta mujer desesperada. La Voz quiso conocer la versión de la Consellería de Política Social sobre este caso, pero no ha respondido hasta el momento.