Una víctima del Bloque, del PSOE y de sí mismo

d.s. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El alcalde de Becerreá es un político curtido en las Cortes Generales y en decenas de escaramuzas contra el poderío provincial que en su época tuvo Cacharro Pardo, el señor de Lugo

28 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, es un político curtido en las Cortes Generales y en decenas de escaramuzas contra el poderío provincial que en su época tuvo Cacharro Pardo, el señor de Lugo; lo explica el reconocimiento y la simpatía que le dieron en su partido de toda la vida, el PSOE. Y aunque Martínez se tornó en un gran damnificado de las maniobras del BNG y las que le jugaron sus propios compañeros, lo cierto es que, sobre todo, es una víctima política de sí mismo.

Martínez casi nunca engañó a nadie. Lleva desde el 2007 chupando banquillo esperando a que le llegue la vez de ser presidente de la Diputación. En el 2007 y en el 2011 se interpuso Besteiro en su camino, que convirtió a Martínez su segundo en la Diputación, y en el 2015 se interpuso el BNG con el veto que no debieron tolerar los socialistas.

Porque el BNG tiene pendiente de explicar por qué no le vale gobernar con el alcalde de Becerreá que está imputado, y en cambio sí toleran hacerlo con la regidora de Viveiro y el de Pol, como tampoco le genera problemas su alcalde imputado de Vimianzo.

Martínez también es víctima del PSOE porque su ambición presidencial fue utilizada para cortarle el paso a la Diputación a González Santín, algo que Besteiro ejecutó con éxito, pero sobre todo se convirtió en víctima de sí mismo el día que se tiró al monte actuando en clave personal, y no de partido, dándole la Diputación al PP como si fuera un niño enrabietado.

El entuerto está lejos de quedar arreglado. Y lo que está lejos de fluir bien es la relación gubernamental del PSOE con el BNG. Porque son los nacionalistas los que ganan con todo esto. Con solo dos diputados provinciales, tendrán cinco áreas de gobierno.