El BNG quiere dejar su impronta en las diputaciones. Antes que entrar en el reparto de cargos, pretende acordar con el resto de fuerzas (con el PSOE en Pontevedra y Lugo, y con PSOE, mareas y Agrupación dos Veciños en A Coruña) un programa de gobierno en el que consideran imprescindible una auditoría de la gestión del PP en los organismos provinciales. «Un obxectivo fundamental de estes tres novos gobernos das deputacións debe ser velar pola limpeza da xestión feita no pasado e levantar todos os casos de mal uso de recursos e de eventual corrupción que se podan detectar», manifestó ayer Xavier Vence, en un receso de la reunión del consello nacional que dio luz verde a la propuesta con la que el BNG quiere «abrir unha nova etapa» en los organismos provinciales. Aunque Vence no fue más allá, ese interés del Bloque en levantar alfombras se centra, principalmente, en la Diputación de Pontevedra. Esta medida forma parte de una propuesta que incluye el adelgazamiento de los organismos, con el traspaso de competencias a la Xunta y a los concellos, que se ocuparían de los servicios de proximidad.
Además, el Bloque abogará por reducir el presidencialismo en las diputaciones, de forma que todos los acuerdos importantes pasen por el pleno. A preguntas de los periodistas, Vence reiteró que el BNG no solo aspira a avanzar en el desmantelamiento de las diputaciones desde dentro. Recalcó que, una vez que se acuerden los programas de gobierno, también aspira a ocupar cargos relevantes. Sobre las expectativas de presidir la Diputación de A Coruña, tras el malestar provocado en el Bloque por la premura del PSdeG en adelantar la identidad de su candidato, Vence apuntó que «ten que haber unha configuración dun organigrama no que aspiramos a que o BNG teña a visibilidade que lle corresponde. O BNG ten que ter un papel protagonista nalgunha das tres deputacións», abundó.