En la playa también se multa

A. U. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

Las ordenanzas municipales contemplan cuantiosas multas por desobedecer al socorrista, tirarse al mar desde las rocas o reservar sitio en la arena con una toalla

26 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La playa es de todos, pero ojo, no todo está permitido en los arenales gallegos. El mal uso que muchas veces se da de estos parajes naturales ha llevado a los ayuntamientos a redactar ordenanzas municipales, que contemplan cuantiosas multas si se realizan acciones incorrectas, molestas para el resto de bañistas o perjudiciales para el medio ambiente. En estas normas es posible encontrar sanciones de hasta 1.500 euros por zambullirse al mar desde un espigón o por desobedecer al socorrista.

Desde hace tres meses está en vigor la ordenanza de uso, seguridad y conservación de playas de Vilagarcía, que incluye un régimen sancionador que, por ejemplo, multa prácticas habituales como lanzarse al mar desde rocas o espigones: «Lanzarse á auga do mar dende rocas, espigóns, embarcadoiros, zonas de fondos someros e, en xeral, calquera outro lugar que, pola orografía propia da zona de dominio público marítimo terrestre, supoñan un risco para a seguridade das persoas e resto de usuarios». Es considerada falta grave, por lo que acarrea una multa de 300 a 1.500 euros. El bañista que cometa una infracción deberá ser muy cuidadoso de no reincidir en el chapuzón en un período de dos años, ya que de ser así, su infracción será considerada grave y las sanciones pueden ascender hasta 3.000 euros.

Las ordenanzas de Ferrol y Oleiros fueron pioneras hace unos años por endurecer las obligaciones de los bañistas. Primero fue el gobierno ferrolano el que sacó adelante una ordenanza que, por primera vez en la provincia, contemplaba sanciones de hasta 1.500 euros por desobedecer al socorrista. En concreto, la infracción se establece para cuando el bañista no atienda las indicaciones de los vigilantes para que, por ejemplo, abandone el agua si hay bandera roja.

Esta misma prohibición se incluye en la ordenanza de playas que aprobó el Concello de Oleiros, que además detalla cuestiones mínimas, como asegurarse un sitio en el arenal dejando una sombrilla o la toalla. Estas argucias se consideran una falta (aunque leve) y pueden conllevar un castigo de hasta 500 euros.

Carballo fue el primer municipio de su comarca en contar con una normativa específica de estas características. Su texto recoge múltiples prohibiciones, aunque las más graves se corresponden con zambullirse desde lugares elevados, el baño con bandera roja, hacer fuego o usar vehículos no aptos.

Tampoco está permitido realizar evacuaciones fisiológicas dentro del mar o en la playa, usar jabón, gel o champú, hacer fuego directamente en la arena y acampar. Por el resto, se puede disfrutar de la playa.

Con información de las delegaciones de La Voz.