Decenas de edificios están a la venta en los cascos históricos de las ciudades

maría santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

Algunos inmuebles ya rehabilitados se ofrecen como viviendas de lujo o para uso hotelero; otros son casas en mal estado de las que sus propietarios quieren desprenderse

17 mar 2015 . Actualizado a las 01:06 h.

No hace falta volver la vista atrás más allá de dos décadas. Por aquel entonces, Santiago comenzaba a dar los primeros pasos para la recuperación de su casco histórico, y poco a poco, muy lentamente, iban a seguirle otras ciudades gallegas. La foto fija de esos veinte años atrás muestra zonas viejas poco cuidadas, con edificios en muchos casos mal conservados y en casi todos poco cómodos para la vida cotidiana. Detrás de sus paredes, muchos mayores y muy poca gente joven. Cuatro lustros después, las cosas han cambiado o están en vías de hacerlo, y lejos de escapar de los cascos históricos, estos se han convertido, en muchos casos, en un lugar codiciado para vivir o para abrir un negocio.

Los planes de rehabilitación y las ayudas para ello seguro que tienen mucho que ver con este fenómeno, pero lo cierto es que una mirada a los portales inmobiliarios revela la existencia en los cascos históricos de Galicia de decenas de edificios que se ofrecen enteros a la venta. Santiago es el lugar con mayor oferta, pero también en Vigo se venden un buen número de inmuebles, y también hay casos en A Coruña, Lugo, Pontevedra, Ourense y Ferrol.

Javier Garrido, presidente de Aproin (Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia de Pontevedra), constata que «están saliendo cosas» y reconoce que, efectivamente, «la rehabilitación es una de las vías» que están posibilitando que el sector inmobiliario comience a pensar en remontar. «Hay una intención de las Administraciones de revitalizar los cascos históricos y eso genera movimiento. Creo que este va a ser un tema interesante», opina Garrido.

La iniciativa pública, explica, es la que más está empujando en este momento, por la situación económica, pero el presidente de Aproin cree que en el futuro la iniciativa pública se combinará con la privada.

Durante estos últimos años han sido fundamentalmente los consorcios creados en algunas ciudades gallegas los que han promovido la rehabilitación de edificios en las zonas viejas. En algunos casos su destino fue convertirlos en centros administrativos o en sede de determinados servicios; en otros la recuperación tuvo como fin su adjudicación con fines comerciales o como viviendas. Estas iniciativas ayudaron en muchos casos a la instalación de negocios y en otros contribuyeron a llevar gente joven hacia las calles históricas de las ciudades. También hubo, es cierto, algún caso en el que fue necesario recurrir a varias adjudicaciones. Un informe del Consorcio Casco Vello de Vigo lo explica así: «El Instituto Galego de Vivenda e Solo llevó a cabo desde el 2011 varios sorteos para otorgar las 64 viviendas de protección autonómica rehabilitadas por el organismo en régimen de precio concertado. De esas, 50 ya están ocupadas por las nuevas familias que se han trasladado a esta parte de la ciudad. La mayoría de los nuevos propietarios son jóvenes de entre 25 y 35 años, algunos de los cuales han tenido ya a su primer hijo en estas viviendas. Esta llegada de nuevos vecinos ha supuesto un cambio radical en el perfil de los habitantes de esta zona».

Pero para que esos edificios pasen íntegramente a manos de una Administración o de una empresa promotora, sus propietarios tienen que haberlos vendido previamente. Esto, que es una obviedad, se convierte muchas veces en la parte más complicada de la operación. «Es un horror -dice Javier Garrido-, porque a veces son edificios con varios propietarios, a veces pueden incluso estar fuera y es una gestión complicada».

Sin embargo, muchas veces esa venta se produce. «Mucha gente mayor se está dando cuenta de que hay que vender, porque sus hijos no quieren vivir allí. En otros casos son herencias de las que los nuevos propietarios quieren deshacerse, y también hay personas que venden porque no pueden mantener esa propiedad o no pueden rehabilitarla», explica en este caso Elvira Fafián, directiva del portal inmobiliario Aldeas Abandonadas, en el que se publicitan un buen número de edificios históricos, la mayor parte en Santiago.

«La mayoría es gente que ha comprado edificios y los ha restaurado, aunque también hay edificios que necesitan todavía obra. Hay mucha demanda para albergues, hoteles, también para restaurantes», dice Fafián, que explica que no solo el casco histórico compostelano está teniendo salida para las promociones inmobiliarias, sino que todo el Camino de Santiago está siendo muy demandado. Además de la capital gallega, «en el núcleo de Ferrol también hay algún edificio en venta, pero el casco está bastante deteriorado».

En cuanto a los compradores, hay por supuesto empresarios locales, pero hay también muchos extranjeros que invierten en Galicia, «y a estos les gusta el casco histórico», explica Elvira Fafián. Alemanes, mexicanos, británicos o rusos, entre otras nacionalidades, se interesan por las propiedades de lujo que están a la venta.