Multada por recibir un beso al volante

Rodri García REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Sancionan con 80 euros a una conductora por «mantener actitudes cariñosas con el acompañante», detalla la denuncia, cuando circulaba por el centro de O Carballiño

08 ene 2015 . Actualizado a las 17:11 h.

Cinco de la tarde del pasado martes, día de Reyes. El tráfico en O Carballiño es más que escaso. Una joven acaba de recoger a su novio en el coche y circulan por el casco urbano de la villa ourensana. Hay varios badenes en la calzada por lo cual la velocidad es reducida. Cuando han recorrido algo más de un kilómetro, «como mucho kilómetro y medio», el acompañante le da un beso a la conductora. Al cabo de unos momentos, cuando se detienen en un semáforo, una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico indica a la mujer que pare el vehículo. «Vi antes por el retrovisor que hacían señales pero pensé que no era para mí; al llegar al semáforo encendieron las luces y entonces sí que ya me di cuenta que era por mí, y aparqué a un lado».

Cuando los agentes se acercaron y le explicaron a la joven el motivo por el que la habían parado «no me lo podía creer; las sensaciones que tenía estaban entre la inseguridad, la mala leche... Me preguntaba si es que no tendrían cosas mas importantes que hacer...». Y es que, según relataba ayer la conductora, «me dijeron que me habían observado y que iba haciendo maniobras extrañas por la carretera. Cuando les pregunté qué clase de maniobras extrañas me dijeron textualmente que el acompañante me acababa de dar un beso». Ante este argumento, «quedé tan atónita que al principio me pareció un chiste, como si aquello fuera una cámara oculta...».

Los agentes le pidieron la documentación y se fueron al coche-patrulla mientras la joven y su novio intentaban asumir lo que estaba ocurriendo. «Al cabo de 15 minutos salieron del coche y me dijeron que tenía una multa de 80 euros por lo que me acababan de comentar», evocaba la mujer.

El argumento que le dieron para imponerle la sanción fue que a causa del beso «ha visto limitada su capacidad de movimientos a la hora de conducir y, de hecho, así lo reflejan en la multa: ?Conducir el vehículo reseñado sin mantener la propia libertad de movimiento?», relataba la conductora mostrando el boletín de la denuncia. Insistía, asimismo, en que en aquel momento «la situación era totalmente surrealista» y reitera: los agentes «me dijeron literalmente que había sido por el beso».

La mujer no niega que su novio la besara, «como cuando le das un beso a tu madre, pero yo en ningún momento torcí la cara, ni me giré, ni hice ninguna cosa rara; él (su acompañante) simplemente se acercó y me dio un beso». Por todo ello «esto de sin mantener la libertad de movimiento que dice la multa me suena a chiste».

Aunque no quiso firmar el boletín de la denuncia, y visto que la situación en la que se encontraba no tenía vuelta atrás, «les dije que quería que especificaran en la multa lo del beso, porque a mí me parece ridículo», insistía la mujer, todavía sin acabar de creerse la multa, un papel al que le daba vueltas entre las manos.

La contestación de los agentes que la sancionaron fue, recuerda, que en lugar de abonar los 40 euros de pronto pago previsto en este tipo de denuncias tendría que pagar los 80 euros que figuran en la multa. De todos modos, insistió a los policías de tráfico que hicieran constar en la denuncia lo que le estaban diciendo. Y así lo hicieron, indicando textualmente en el apartado de observaciones de la misma lo siguiente: «La conductora mantenía relaciones cariñosas con el acompañante». También consta que el motivo de la sanción está recogido en el artículo 18, apartado uno, de la Ley de Tráfico.

De todos modos, «espero que no tenga que pagar nada», asegura la mujer, que anuncia que en los próximos días tiene previsto recurrir esta sanción. Entre los argumentos que utilizará para ello está el de que en ningún momento «quité la vista de la carretera».

El novio «está flipado»

En cuanto a la opinión de todo lo ocurrido que tiene su novio, la joven lo resumía en solo dos palabras: «Está flipado». De todos modos, reconoce que el hecho también ha servido para hacerse algunas bromas: «Yo le digo que la culpa es suya».

Dos amigas de la joven también mostraban ayer su sorpresa por lo ocurrido y ella ironizaba sobre lo que ha sido un extraño regalo de Reyes, una multa por haber sido besada mientras estaba al volante; comentaban aquel viejo letrero colgado en los autobuses de viajeros: «Prohibido hablar con el conductor». En este caso sería algo así como prohibido besar a la conductora, aunque sea su novia.