Los deberes del presidente en un curso político decisivo

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

GALICIA

La consulta independentista, la traslación a los ciudadanos de la recuperación y las elecciones marcarán la agenda

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy encara a partir de hoy un curso político decisivo que estará marcado por la consulta independentista en Cataluña, la evolución de la situación económica, que certificará hasta qué punto se afianza o no la recuperación, y las elecciones autonómicas y municipales de mayo, antesala de las generales.

El desafío soberanista

Impedirá la consulta. La estrategia del presidente ha sido clara desde el primer momento: el referendo es ilegal y no se va a celebrar. En Santiago logró el respaldo explícito de Angela Merkel. A partir de ahora los acontecimientos se van a precipitar. Primero la Diada del 11 de septiembre, que será otra demostración de fuerza del independentismo, aunque habrá que compararla con las espectaculares movilizaciones de los dos años anteriores. Luego, la aprobación por el Parlamento catalán de la Ley de consultas, posiblemente el 19, un día después de la celebración del referendo de Escocia. Posteriormente, el decreto de convocatoria firmado por Artur Mas amparándose en esa normativa que considera da cobertura legal a la votación. La reacción del Gobierno será presentar inmediatamente dos recursos ante el Tribunal Constitucional, uno contra la propia ley autonómica y otro contra el decreto. Espera que en una semana el tribunal suspenda la consulta. Mas no va a rebajar la tensión y mantendrá su ambigüedad calculada, aunque ya tiene asumido que no habrá referendo el 9 de noviembre. «Votar, se votará», repiten como un mantra desde la Generalitat. Una fórmula que sirve para aplacar a su socio ERC, pero que en realidad significa que los catalanes acudirán a las urnas en unas elecciones anticipadas de carácter plebiscitario. Es la única salida que le queda.

Recuperación económica

Cuándo la notarán los ciudadanos. Rajoy basa casi todo su discurso en la recuperación económica, que considera le permitirá repetir en La Moncloa. Al inicio de agosto aseguró que es «firme y cada vez más intensa» y «ha llegado para quedarse». Los datos del segundo trimestre le sirven como argumento: el PIB creció un 0,6%, el mayor avance desde que comenzó la crisis, que sitúa a España a la cabeza de crecimiento en la eurozona. La tasa de desempleo bajó al 24,5%, aunque todavía está por encima del 22,85% que se encontró al llegar al poder. Pero el frenazo en la zona euro, con el pinchazo simultáneo de Alemania, Francia e Italia, proyecta algunos nubarrones a las previsiones optimistas del Gobierno. La ralentización de las principales economías europeas y las consecuencias del conflicto con Rusia han perjudicado las exportaciones españolas. El gran reto de los próximos meses es que esos signos de recuperación lleguen a las familias y los ciudadanos, severamente golpeados por la crisis. Ahí se juega Rajoy gran parte de sus posibilidades electorales.

Reforma electoral

Sigue adelante sin consenso. Con el inicio del curso comienza la larga campaña de las autonómicas y municipales de mayo. Rajoy ha puesto sobre la mesa la reforma electoral para modificar el sistema de elección de los alcaldes. Pese al rechazo unánime de los demás grupos políticos y a que el PSOE e IU ni siquiera quieren entrar a negociar, el PP seguirá adelante con esta modificación, cuyos términos se desvelarán en septiembre, y a la que pretende que se sume CiU.

Elecciones

La batalla de Madrid. Tras el varapalo de las europeas, en las que el PP se dejó 2,6 millones de votos, Rajoy se juega mucho en estas elecciones, ya que las municipales suelen marcar el inicio de los ciclos políticos y tendrán lugar medio año antes de la generales. Según las encuestas, el PP corre serio riesgo de perder algunas joyas de la corona, en primer lugar Madrid, tanto la comunidad como el ayuntamiento. En los próximos meses se librará una auténtica batalla interna en el PP, ya que Rajoy deberá decidir si Ignacio González y Ana Botella, que quieren repetir, serán los candidatos o habrá cambios.

Regeneración

Paquete de medidas. El caso Bárcenas y la presunta financiación irregular del PP continúan sobre la mesa, aunque hayan perdido presencia en la agenda política e informativa. Para contrarrestar el daño que estos casos y otros como el de los ERE o el que afecta a la familia Pujol están causando a la credibilidad del sistema democrático, Rajoy apuesta por un paquete de medidas de regeneración democrática que va a presentar en el Congreso.

Cambio de gobierno

Pendiente de De Guindos. Rajoy ha dicho rotundamente que no va a hacer ningún cambio en su Gobierno, a pesar de que hay ministros quemados. El único cambio se produciría si Luis de Guindos es nombrado presidente del Eurogrupo, aunque la intención de Rajoy es que pueda compatibilizar ambos cargos.