El fraude con el marisco en el pósito de Noia supera los 250.000 euros

JAVIERO ROMERO / MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

Barcos relacionados con el patrón mayor hasta superaban los cupos asignados

15 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El atestado 314/14 de la unidad de Policía Autonómica de Santiago refleja una minuciosa investigación sobre la cofradía de Noia en la que aparece entrecomillada en varios apartados la irónica frase «se pierden kilos». Figura, por ejemplo, tras una inspección realizada el 25 de marzo en la depuradora de la cofradía, al comprobar el libro de registro de entrada y salida de marisco «aparecen reflejados kilogramos de menos [...] llegando incluso la responsable de la depuradora [...] a corregir el citado libro delante de los inspectores veterinarios». Y esos kilos no aparecen ni como mermas ni como ventas.

Los investigadores consideran que el valor medio del marisco «perdido» en Noia es de 3,70 euros el kilo, tomando como base las cotizaciones de la campaña, de lo que se deduce que el fraude en la comercialización de marisco superaría los 250.000 euros. De los 111.554 kilos de bivalvos inicialmente «desaparecidos», 54.588 se corresponden a la producción del 8 de octubre del 2013, afectada por la toxina, de los cuales 40.749 fueron destruidos; y quedan 13.703 que en el atestado dicen claramente que fueron comercializados, pese a tener toxina, «desconociéndose el fin último».

Paradójicamente, todas esas pérdidas no se dan en quince embarcaciones relacionadas, directa o indirectamente, con el patrón mayor, Santiago Cruz, y otros dirigentes, que fueron inspeccionadas al amparo del procedimiento iniciado a raíz de una denuncia presentada el 15 de enero por un grupo de mariscadores.

Los investigadores identificaron una quincena de embarcaciones, en las que se entrecruzan titularidades, cesiones de uso y ventas, en las cuales aparecen nombres de dirigentes del pósito, familiares y miembros de la entidad. Siete de esos barcos fueron posteriormente sorprendidos con los cupos de marisco sobrepasados, alguna con 138 kilos de berberecho de más.

La forma de pesar

A raíz de ello, los agentes efectuaron un estudio-muestreo aleatorio entre las demás embarcaciones autorizadas para faenar en las concesiones noiesas «observando que en ninguna de las analizadas se pasa de los cupos máximos de captura». Contrariamente, las quince señaladas «suelen llegar siempre a los cupos máximos de extracción, encontrando incluso exceso de capturas reflejados».

La mayor «pérdida de kilos» se constata en el corto recorrido que supone entrar en alguna de las lonjas de O Freixo o Testal y llevar las capturas a las clasificadoras. Para contrastar el peso, los agentes acudieron con una báscula calibrada y certificada por Gardacostas. Con el fin de evitar las diferencias a consecuencia del agua que acumulan los recipientes, los policías pesaron primero el marisco dentro del capacho tal y como llegaba del mar, en la báscula general de la lonja; a continuación, vaciaron los bivalvos en una caja con agujeros para escurrir el líquido, y volver a pesar el cupo en la báscula del Servicio de Inspección Veterinaria.

Este proceso lo hicieron con 35 cupos en la lonja de Testal y 33 en la de O Freixo, y constataron que en los tiques expedidos aparecían reflejados los kilos exactos de las categorías segunda, tercera y cuarta, sin gramos; mientras que respecto al marisco de primera calidad, todo pesaje por debajo de medio kilo no aparecía en el tique. Para los investigadores, estos detalles son demostraciones de «redondeo», que consideran irregular, más aún por desconocerse el fin de las cantidades sobrantes.

Esta misma práctica del redondeo se produce en las clasificadoras, según el atestado, ya que reflejan kilos justos, pero siempre a la baja. Y a ello habría que añadir que pesan un 12 % menos de la cantidad real de marisco.