El buen samaritano

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez CONTRAPUNTO

GALICIA

30 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Anda la clase dirigente un tanto despistada con el concepto de moda: desafección política. Quienes no aceptan que la corrupción se ha convertido en la marca España para medio mundo (al otro medio le gusta el fútbol) tratan de darle la vuelta a la tortilla descalificando como antisistema, perroflautas o radicales a quienes se dedican a canalizar el apoyo de buena parte de los descontentos. Dedican más tiempo a insultar a los neófitos que a resolver un problema que recorre el país de arriba abajo. Y abajo es donde están los ayuntamientos, la Administración más cercana al ciudadano. El alcalde de O Porriño, por ejemplo, sería un caso paradigmático. «No veo la ilegalidad por ningún sitio», dice, ufano, mientras reconoce que se ha dedicado a descolgar el teléfono para enchufar a decenas de vecinos en contratas municipales. Lo normal es echarle una mano a quien lo necesita, razona, ajeno a conceptos como la igualdad de oportunidades. He ahí el buen samaritano que hace obras de caridad y para quien es más importante el espíritu de la ley que cumplir la letra de la ley. A Nelson Santos le sobra la última ese. Y su partido le bendice.