Un edil se quejó a la jueza del trato que le dio Currás tras ser imputado

Redacción / La Voz

GALICIA

17 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La fractura que se abrió en el grupo municipal del PP en Santiago durante la crisis que derivó en la dimisión de Gerardo Conde Roa se agravó a medida que los populares fueron enredándose en la Pokémon. Lo deja patente el sumario de la operación, en el que se comprueba cómo se formaron dos bandos dentro del gobierno local.

Los contrarios a Ángel Currás, que perdieron el pulso, sufrieron las consecuencias de la derrota interna a partir de abril del 2012. «Se nos está haciendo el vacío a varios concejales», se lamentaba Adrián Varela, responsable del área de Deportes, durante su declaración ante la jueza Pilar de Lara.

«Un mínimo de humanidad»

Varela, imputado por tráfico de influencias, cohecho y falsedad documental, explicó que nada más recibir la citación del juzgado lucense para declarar llamó al alcalde para informarle de la situación. Aseguró que lo hizo incluso antes de avisar a sus propios padres. Según el edil, Currás lo despachó con un «Vale, vale».

Fue una «vejación» similar a la que recibió del regidor la concejala Rebeca Domínguez, le dijo Varela a la jueza poco antes de quejarse de que Currás «pasa» de algunos de sus concejales -a los que se refiere como «nosotros»- y de que lo único que le pedía era «un mínimo de humanidad».