La exculpación de Blanco deja lecciones en el PSOE y en el PP

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

El archivo de la causa llega al conocerse el cruce de SMS entre Bárcenas y Rajoy

22 jul 2013 . Actualizado a las 06:00 h.

Imagino a José Blanco disfrutando del fin de su calvario judicial, pero también de la pequeña victoria que supone ver a los mismos que le rendían pleitesía cuando era todopoderoso y luego le dieron la espalda haciendo ahora el papelón de darse golpes en el pecho asegurando que siempre defendieron su inocencia.

Fue chocante comprobar en su día cómo en las filas del propio PSOE se aflojaba el grado de entusiasmo con el que se defendía al exministro Blanco a medida que parecía más cercana la apertura de un juicio oral, por más que ahora se insista en lo contrario. Pero hay casos especialmente sangrantes, en especial por venir de personas a las que se suponía muy próximas a Blanco.

En febrero del 2013, hace solo cinco meses, se le preguntó a la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, si el partido seguiría respaldando a Blanco en caso de que se abriera juicio oral. «Vamos a esperar», fue su respuesta. «Cuando la Justicia acabe su tarea tendremos un juicio más exacto» sobre lo que ha pasado, añadió.

Valenciano es la misma que el pasado jueves publicó el siguiente mensaje en su cuenta de Facebook: «El Tribunal Supremo acaba de archivar la causa abierta contra Pepe Blanco por el caso Campeón. SIEMPRE creí en él». Así, en mayúsculas. Las interpretaciones se dejan para cada uno.

Pero alguien en el PSOE tendrá que explicar, en todo caso, por qué, si todos confiaron siempre en Blanco y todos valoran ahora tanto su enorme capacidad política, lo apartaron sin miramientos y le retiraron una a una todas las responsabilidades que tenía en el partido en cuanto el empresario Dorribo empezó a disparar contra él.

La comparación con Rajoy

La exculpación definitiva de José Blanco llega, por otra parte, en un momento oportuno para hacer una reflexión sobre la diferencia entre las responsabilidades judiciales y las políticas. La Justicia acaba de determinar que no hay nada punible en el hecho de que Blanco intercediera para que su amigo Orozco consiguiera una entrevista con el alcalde de Sant Boi de Llobregat. Pero fue un grave error tratar la cuestión con su amigo en términos poco adecuados. Preguntar, por ejemplo, si el alcalde «es nuestro», en referencia a si era o no del PSOE, no fue una forma elegante de abordar el problema. Aunque es innegable que no se puede juzgar a nadie por eso.

Salvando las distancias, es probable que no haya ninguna responsabilidad judicial en los SMS que Mariano Rajoy se cruzó con Luis Bárcenas. Pero pedirle a un imputado por la Justicia que sea «fuerte» es como mínimo un grave error político que el presidente del Gobierno debería explicar.

Explicaciones

Si José Blanco ha tenido que comparecer en sede judicial para aclarar el sentido de sus conversaciones y mensajes con Orozco, se entendería mal que Rajoy no solo no comparezca ante el juez por los suyos con Bárcenas, sino que ni siquiera se dignara ofrecer las explicaciones pertinentes en el Parlamento.

Alguien del PSOE tendrá que decir por qué apartaron al exministro sin miramientos

Se entendería mal que Rajoy ni siquiera se dignara dar explicaciones en el Parlamento