El ciclista es el eslabón más débil del tráfico rodado, por lo que le conviene extremar la precaución al circular. He aquí algunos consejos proporcionados por expertos que conviene tener en cuenta al salir al asfalto urbano.
Lo obvio
Lo primero que hay que tener en cuenta es lo más evidente. Use luces y captafaros, casco, timbre, espejos y ropa clara o, aún mejor, un chaleco reflectante. Hay que ser visible para todo el tráfico y respetar las normas, por supuesto.
Ángulos muertos
Cuidado en los cruces. Si espera la apertura de un semáforo, no lo haga a la derecha de un vehículo que pueda girar en ese sentido. Sitúese detrás del vehículo. En los cruces, no circule demasiado pegado a la derecha, o desaparecerá del ángulo de visión de un posible coche que venga por una vía perpendicular y gire a la izquierda. Es uno de los atropellos más comunes.
Cuidado con las aceras
Circular por la acera es una alternativa muy común, pero cuando se salta al asfalto, la bicicleta es invisible para los coches, especialmente en los cruces. Por cierto, es conveniente dejar una distancia prudencial para evitar una colisión si el conductor del coche abre inesperadamente la puerta, otro de los atropellos más comunes.
Ojo a la izquierda
Muchos atropellos de ciclistas por detrás se producen cuando estos se desplazan a la izquierda para esquivar un obstáculo. Nunca lo haga sin comprobar su espejo o mirar hacia atrás. No circule por zonas de aparcamiento vacías ni efectúe cambios bruscos de dirección.
Ocupe todo el carril
Es perfectamente legal y la mayor parte de las veces la forma más segura de circular en bici. Como norma general, evite el tráfico a través de vías alternativas. Deshágase de su mentalidad de conductor de turismo para convertirse en ciclista. Ambos tienen intereses distintos.