Al parecer el menor, que se dedica a desatornillar los cierres de las puertas y las lámparas de su edificio, agrede con frecuencia a sus hermanas
28 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Varios agentes de la Policía Local de Sada acudieron esta semana a una vivienda de la avenida del Puerto alertados por lo que en principio era una violenta pelea entre menores. Pero lo que se encontraron fue con la sorprendente agresión de un niño de 13 años a sus hermanas y su madre. Esta se encontraba llorando y muy nerviosa cuando llegó la policía al lugar, donde también se personaron agentes de la Guardia Civil de Betanzos. Además de la progenitora, el hijo había agredido a sus hermanas de 16 y 10 años. Las fuerzas del orden se lo encontraron con un destornillador en una mano y un embellecedor de un cierre del garaje del edificio, ante una técnico sanitaria que intentaba hablar con él. Pero lejos de interactuar con ella, el chico canturreaba «como si estuviera ausente del lugar». Finalmente fue un agente quien consiguió desarmarlo para entrar con una actitud más dócil en la ambulancia médica.
Episodios frecuentes
Posteriormente, la madre aseguró que los episodios de violencia son bastante frecuentes, y que se dedica a tirar numerosos objetos por el suelo, así como desatornillar los cierres de las puertas y las lámparas y agredir con frecuencia a sus hermanas. Pese a tener solo 13 años, el niño es bastante corpulento y muy difícil de controlar por parte de la familia. Además, sufre de epilepsia y trastorno psicomotriz. El caso de esta familia ya está siendo seguido y vigilado por una asistente social contratada por el Concello de Sada, y que ratificó ante la policía el historial relatado por la madre. Todos confesaron sentir miedo habitualmente cuando asoman los episodios de violencia del hijo y temen «que puedan suceder cosas peores porque es incontrolable». De hecho, durante los últimos meses ya han acudido a este domicilio de Sada tanto miembros de la Policía Local como agentes de la Guardia Civil de los cuarteles de Sada y Betanzos. Pese a vivir en la localidad coruñesa, la familia procede de un país caribeño. La última agresión se produjo el pasado martes.