Qué reforma

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

GALICIA

16 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Llamarle reforma a un proyecto de ley que tiene entre sus objetivos potenciar el papel de las diputaciones, instituciones que muy bien sabemos, y en Galicia más, para qué sirven o para qué se utilizan, es prácticamente lo mismo que llamarle daño colateral a las víctimas civiles en una guerra: un atroz eufemismo. No es, desde luego, esta reforma la esperada, en primer lugar porque nace sin un consenso que difícilmente habrá jamás entre los principales partidos políticos, pues cuando se negocian estas cosas no se hace pensando en el ciudadano, sino en el aparato. Así sucede que, en estos momentos, el PP gallego defienda la existencia de las diputaciones (de 4 gobierna en 3), mientras al PSOE le parezcan todas horrorosas menos una: casualmente, la gobernada por un socialista, lo cual explica en parte por qué los ciudadanos están hartos de la política y de los políticos. Y aunque el plan ordena, sobre el papel, el sueldo de los alcaldes, poniendo además coto (ya veremos cómo) a la nómina de asesores, pasa por alto la imprescindible fusión de ayuntamientos y mantiene, aunque gratis en muchos casos (¿?) todos y cada uno de los asientos en todas y cada una de las corporaciones porque, claro, no estamos hablando de suprimir profesores o médicos, sino políticos...