Lo primero que llama la atención del libro que acaba de publicar el expresidente de la Xunta Emilio Pérez Touriño es que, pese a titularse O futuro é posible, se limita a ajustar cuentas con el pasado, con su memoria y con muchos de los que estaban a su lado compartiendo el poder y otros que también estaban, aunque más distantes.
A Touriño no puede negársele el haber sido una de las personas más importantes del PSOE gallego de la democracia, al que le cayó un partido roto en las manos en 1998, que logró recomponer para conducirlo hacia sus mayores cotas de poder institucional. Es algo innegable y que quizás los suyos nunca tuvieron el reflejo de agradecérselo de forma conveniente.
Pero el libro no va de ensalzar en positivo esa etapa, sino de lo contrario. Es como si del PSdeG se conociera solo la foto en papel y ahora se nos mostraran los negativos que suelen guardarse. Más allá de que se señale a alguien como problema o de que se reconozcan las debilidades del pacto de Gobierno con el BNG, la conclusión que puede extraerse es que Touriño cometió dos grandes errores en su etapa en la Xunta. No fue capaz de marcar la agenda política con sus reformas ni logró tampoco imponer su autoridad frente al aparato del partido, que lo aupó en lomos al poder. Y se acabó cumpliendo lo que decía John F. Kennedy de que los que llegan al poder a lomos de un tigre lo que pueden conseguir es acabar dentro de él. Algo de eso le pasó también a Touriño.