Los furanchos tendrán que estar inscritos en el registro vitivinícola y solo abrirán tres meses al año

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

GALICIA

El decreto de la Xunta pretende regular el sector y acabar con la competencia desleal a la hostelería

31 oct 2012 . Actualizado a las 21:10 h.

La Xunta ha publicado un decreto para regular los furanchos que obligará a estos locales, también conocidos como loureiros, a cumplir normas legales, fiscales e higiénicas con las que se pretende poner fin a la competencia desleal que ejercían sobre los restaurantes legalmente establecidos.

Solo podrán operar los furanchos que estén dados de alta en el registro vitivinícola de Galicia. Es decir, los que tengan plantaciones de vino. El presidente en funciones de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, recuerda que estos locales han sido tradicionalmente puntos de venta de excedentes de vino de cosecha propia en los que se servía también comida pero únicamente para acompañar la venta del vino, de ahí la obligatoriedad de estar inscritos en el registro.

También por ello no se podrá servir vino embotellado, únicamente el procedente directamente del barril de la cosecha, y en cada furancho solo se podrán servir cinco tipos distintos de tapas seleccionadas de un listado único.

Nueva normativa

La nueva normativa que ha creado la Xunta establece que los furanchos solo podrán abrir tres meses al año y dentro del período comprendido entre el 1 de diciembre y el 30 de junio, por lo que no podrán hacerlo en los meses de verano. También deberán cumplir las normas higiénicas que la legislación establece para la elaboración y distribución de comidas preparadas, así como prohibir fumar en los establecimientos. En el aspecto administrativo, deberán exhibir en la puerta una rama de laurel que los identifique, contar con hojas de reclamaciones y emitir facturas, de las que deberán dar copia a los clientes si se las solicitan. Además deberán estar inscritos en los registros municipales que cada concello deberá crear.

En opinión de Feijoo, esta nueva normativa protege la tradición de los furanchos, «pero tamén evita que se produza unha competencia desleal co sector da hostelería».