La Cofradía de Baiona retoma la vigilancia contra los furtivos

alejandro martínez BAIONA / LA VOZ

GALICIA

Llevaba 15 meses sin el servicio por una guerra entre percebeiros

23 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Cofradía de Pescadores La Anunciada, de Baiona, ha vuelto a poner en funcionamiento el servicio de guardapescas. La vigilancia de las costas del ámbito territorial del pósito estuvo interrumpida desde junio del año pasado debido a un conflicto interno entre el cabildo y la agrupación de percebeiros.

Quince meses después de que las costas de Baiona, Nigrán y Oia estuviesen expuestas a la acción de los furtivos, el patrón mayor, Fernando Leyenda, ha contratado a dos vigilantes. Para costear este servicio ha firmado el convenio con la Consellería do Mar, a lo que se había negado a lo largo del último año.

Los bancos de percebe se encuentran muy dañados después de tantos meses desprotegidos, con los furtivos actuando casi con total impunidad. Con la contratación de los vigilantes se trata de reconducir la situación y frenar la caída en picado de ese recurso. La Cofradía de Baiona suspendió el servicio de vigilancia debido a que un sector de la agrupación de percebeiros decidió dejar de pagar las cuotas después de que el patrón mayor no renovara el contrato al jefe de los guardapescas que ejerciendo sus funciones había denunciado a miembros del cabildo por furtivismo.

Amparándose en el impago de esas cuotas, el patrón mayor despidió a los vigilantes y exigió a la Xunta que aplicara medidas disciplinarias contra los percebeiros que se negaban a pagar. Los afines al patrón mayor protagonizaron manifestaciones reclamando vigilancia. El propio Fernando Leyenda se puso unos días en huelga de hambre en las dependencias de la cofradía. Meses después de haber abandonado esta medida, la Policía Autonómica decomisó partidas de pulpo y choco sin el tamaño reglamentario que iban a ser comercializadas fuera de la lonja y que fueron capturados desde la embarcación del patrón mayor.

El caso de Baiona abrió el debate sobre la conveniencia de que sean las propias cofradías las que gestionen el servicio de vigilancia, o si por el contrario deben ser profesionales independientes de estos organismos los que controlen el furtivismo.

La decisión del patrón mayor de Baiona de volver a firmar el convenio con la Consellería do Mar para reanudar el servicio de vigilancia no ha estado exenta de polémica.

El motivo es que Fernando Leyenda Estévez ha dado el paso sin pasar por el trámite de la aprobación de la junta general, ni mucho menos de la agrupación de percebeiros, que es la que desea tener un control efectivo de los vigilantes para garantizar que cumplen verdaderamente con sus funciones fiscalizando no solo a los furtivos externos, sino también a los internos de la propia cofradía.

Sorpresa para los percebeiros

Para muchos percebeiros fue una sorpresa advertir la presencia de los vigilantes en la marea de esta semana. Incluso miembros del cabildo desconocían que se iba a reanudar el servicio. El encuentro de los vigilantes con percebeiros no fue agradable. Varios han denunciado en el puesto principal de Baiona-Nigrán lo que consideran actuaciones incorrectas por parte de los nuevos controladores. Es el caso de A.?D., a quien decomisaron mercancía por pasarse en el peso, pero sin tener en cuenta de que al parecer la mercancía la almacenaba en el mismo saco que su compañero de tripulación. Conflictos así se han repetido los últimos días. Al parecer inspectores de la Consellería do Mar han tenido que reunirse con los vigilantes.