La jueza, implacable y metódica, también recibe críticas por sus investigaciones largas y la aplicación del secreto
21 sep 2012 . Actualizado a las 14:23 h.Pilar de Lara pasó una temporada en un juzgado asturiano, donde llevó las diligencias de Suárez Trashorras, el exminero condenado por su relación con explosivos supuestamente utilizados en el 11-M. Al poco tiempo, pidió el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, en el que lleva unos cinco años. Pilar de Lara Cifuentes es la magistrada que dirige la nueva operación en la capital lucense. Quienes la conocen aseguran que profesionalmente es recta y dura. No mira para otro lado y la prueba está en que no dudó en poner al descubierto las presuntas corruptelas de miembros de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en Lugo en el marco de la operación Carioca, relacionada con la prostitución. Están investigados e imputados agentes y mandos de Extranjería.
Tampoco le tembló el pulso para denunciar la supuesta falta de colaboración de los mandos de las fuerzas de seguridad de Lugo. De hecho tiene imputados al excomisario, al ex teniente coronel jefe de la Comandancia de Lugo y al actual lo investiga por presuntas irregularidades en algunas adjudicaciones de obras en cuarteles.
Paralizó la construcción de un polémico mamotreto de viviendas frente al parque Rosalía de Castro; detuvo a la banda que el año pasado asaltaba bancos por toda Galicia realizando butrones de madrugada, y este verano, a dos bandas que robaban casas de empresarios y ancianos en Lugo. En sus manos tiene incluso, porque se desgajó de la operación Campeón, el caso del exconselleiro Fernando Blanco, y dos imputaciones al alcalde de Lugo, López Orozco, por un pago a funcionarios y una oposición de policías locales.
Por su frenética actividad, se ha convertido en receptora discreta de numerosos documentos de ciudadanos y se cree que lo sabe casi todo de los asuntos turbios del último lustro.
Su actuación y la de su compañera Estela San José fue objeto de una manifestación ciudadana de apoyo hace un año. Pero por sus investigaciones también tienen a un buen grupo de detractores, algunos de los cuales no dudan en recurrir a cuestiones de tipo personal y a vinculaciones políticas de su familia cercana. Ahora le critican su operación Pokémon por iniciarla en plena precampaña, y desde siempre la censuraron por la magnitud de investigaciones como la Carioca, que dos años después siguen en fase de instrucción, o por el uso prolongado del secreto de sumario.