En realidad, no quieren hacerlo. No se atreven a hacerlo. Arreglar la excesiva oferta de Administraciones, por decirlo eufemísticamente. Hay pasos, pero son pasos de bebé. Una fusión renqueante y la concentración de chiringuitos por aquí, la eliminación de un puñado de fundaciones por allá... No entran en el problema de raíz. No quieren entrar. Hacerlo, como tienen que hacerlo, fusionando por decreto ayuntamientos, suprimiendo por decreto anacronismos como las diputaciones, obligaría a decir a sus fieles: aquí no hay sitio para vosotros, tenéis que buscar un trabajo como el resto de los mortales. Para los partidos políticos, he aquí el gran problema: cómo poner en la calle a «uno de los nuestros». Prefieren pues, seguir realizando maniobras de distracción. Por ejemplo, anunciando la jubilación de cuatro coches oficiales...