La Xunta maquilla con sus fondos el pretendido ahorro en el Gaiás

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Suma como ingresos 349.000 euros de alquileres a la propia Administración

26 jun 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«A Cidade da Cultura está a dar os seus primeiros pasos como un espazo cultural de referencia. Cos catro primeiros edificios rematados, estase a converter xa nun complexo único tanto a nivel estatal como europeo e mundial». Así arranca la redacción del primer plan estratégico del Gaiás, que Cultura registró ayer en el Parlamento como prólogo a la presentación que hoy realizará el conselleiro Jesús Vázquez ante el pleno de la Cámara.

Las frases grandilocuentes para describir el complejo, en línea con una factura que tras 11 años de obras ha triplicado ya los 108 millones previstos, jalonan una hoja de ruta que desliza entre abundante contenido descriptivo pocas ideas de lo que quiere hacer la Xunta con el Gaiás. En paralelo, su esquema financiero sitúa la clave para mitigar su impacto sobre las arcas autonómicas en captar ayuda estatal e inversores privados, y maquilla con más fondos propios de los anunciados el ahorro pretendido de un coloso que seguirá en pie gracias a la muleta pública.

El plan identifica cuatro objetivos estratégicos para intentar rentabilizar el complejo. El primero es obvio. Consiste en dotar al Gaiás de una «actividade e programación de calidade, acorde coa magnitude do contedor arquitectónico». Además, la Xunta se propone convertirlo en «espazo natural de desenvolvemento, proxección e fomento da innovación do sistema cultural galego». Para ello, apuesta por posicionar el Gaiás como un «referente internacional de reflexión, debate e formación no ámbito da xestión cultural». El tercer objetivo tampoco es original. La Xunta se suma a la lista de Administraciones que aspiran a recrear con costosos contenedores culturales el efecto que el Guggenheim tuvo en Bilbao. Se trata de hacer del Gaiás un polo que dinamice el tejido productivo, eleve renta y empleo, y mejore la competitividad de la economía. La llave pasa por el cuarto objetivo: transformar el complejo «nun proxecto economicamente sostible e socialmente rendible».

Lograr ayuda estatal y privada

Pero la solvencia es un escenario de futuro. Lo apremiante es equilibrar unas cuentas que este año lastrarán el erario autonómico con 13,2 millones, que la Xunta pretende reducir a 4,5 en el 2015. En ese contexto, juzga esencial que el Estado reconozca el Gaiás como proyecto de interés general. De hecho, supedita al grifo de la subvención estatal el reto de «abordar unha programación de actividades culturais de maior impacto e repercusión máis aló de Galicia».

El esquema de financiación a partir del 2015 incorpora un plan de mecenazgo que calcula que los patronos privados aportarán 2 millones al año y que los patrocinios cubrirán el 10 % de la programación cultural. La recaudación estimada por tiques y visitas guiadas es de 900.000 euros; y por alquileres al sector privado, 512.820. Pero también contabiliza como ingresos 349.600 euros por la cesión de espacios a la Xunta. Al final, el erario autonómico deberá aportar al menos 5 millones, y no solo 4,5, sobre una factura anual de gastos que quiere reducir a 8,91.

¿Y del uso de los edificios? Poca concreción. Al margen de los dos paralizados hasta el 2018, el plan detalla la nueva denominación de los cuatro rematados. No especifica con qué bazas elevará hasta 500.000 los 330.000 visitantes del Gaiás en el 2011, pero admite que juegan en contra su «localización periférica» y el hecho de que «se trata dunha infraestrutura en construción». Así lleva once años.