Fuentes de la investigación confirmaron que, si bien había medidas de seguridad, el rigor en el cumplimiento de estas no era estricto. «Es como si alguien compra un coche blindado y deja las ventanas abiertas», fue el símil usado para valorar el rigor de las medidas de seguridad. Una fuente, próxima al Cabildo, aseguró que el Códice era «mimado», pero seguramente se «pecó de exceso de confianza».
Las imágenes de las cámaras de seguridad están siendo visionadas para determinar si alguna persona no autorizada accedió a la sala entre el jueves y el martes. Fuentes de la investigación comentaron que «hasta 15 personas» tenían acceso al Códice y otras apuntaron que no siempre se cerraba la puerta.