Derrumbes en carreteras y cortes de agua en Caldas, secuelas del temporal

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

GALICIA

La N-120, en Ourense, quedó cortada al tráfico por segunda vez en 15 días debido a un desprendimiento

10 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

El temporal de lluvia que en los últimos cuatro días ha puesto a prueba los cauces de los ríos gallegos ha dado una tregua, aunque todavía son visibles las secuelas de la persistencia de las precipitaciones, en forma de desprendimientos de carreteras, derrumbes de puentes, destrozos de todo tipo y cortes de agua en Caldas. El principal derrumbe se produjo en la N-120, en Ourense, pero también hubo un desprendimiento en la única carretera de acceso a Castro de Cubilledo, en Baleira, por lo que esta aldea permanece incomunicada. En la carretera que une Vilagarcía con Pontevedra hubo otro derrumbe.

Por segunda vez en solo quince días, la N-120 quedó cortada al tráfico en la madrugada de ayer en Ourense debido a un desprendimiento causado por las fuertes lluvias de los últimos días. Ocurrió a las seis menos diez de la madrugada en el kilómetro 563 de la vía, en las inmediaciones de la capital de As Burgas. La caída sobre el firme de una importante cantidad de tierra y piedras obligó a cortar el tráfico en ambos sentidos e incluso dejó atrapados a varios vehículos, cuyos conductores no sufrieron daño alguno.

Media hora después del incidente, y tras habilitarse desvíos por la C-564, comenzaron los trabajos de limpieza de la calzada, que se prolongaron hasta las diez de la mañana. La vía, principal eje de comunicación entre la capital ourensana y Monforte, ya sufrió un corte similar hace dos semanas y a muy pocos kilómetros del de ayer.

La normalidad está a punto de alcanzarse en Caldas de Reis, cuyo río, el Umia, «está controlado desde el sábado», según manifestó ayer su alcalde, Juan Manuel Rey, quien se encuentra «relativamente» satisfecho de cómo han logrado sortear finalmente las crecidas de agua en un municipio que sufre habituales inundaciones. El embalse de A Baxe bajaba ayer su cota entre seis y ocho centímetros cada media hora. «Si sigue así, pronto se cerrarán las compuertas», informó Rey.

En cualquier caso, mañana deberán cerrarse, aunque solo sea provisionalmente, para poder acceder a la zona de captación de aguas y solventar la avería que está afectando al suministro de la población desde el pasado viernes. Si en la madrugada del sábado al domingo se produjeron cortes entre las doce de la noche y las ocho de la mañana, es probable que hoy no sea necesario aplicar restricciones en un horario tan amplio. Los pisos más altos tuvieron más dificultades, debido a la falta de presión en la traída.

En Pontevedra, los técnicos evaluarán hoy los destrozos sufridos por la riada en el paseo fluvial de Os Gafos, donde además de la zona natural, se teme que se haya dañado el colector. También en la zona de Os Praceres, donde el agua llegó a amenazar las instalaciones de la factoría Ence.

En Lugo, la mayoría de los alcaldes prefirieron aguardar a reunirse con los técnicos para evaluar los daños, que en principio serán muy elevados en los municipios lucenses en los que se hundieron puentes y carreteras, como fue el caso de Baleira, O Corgo y A Fonsagrada.