Contrastan las dificultades de Witold para expresarse con la habilidad de Antonio Mato Rama (pide aparecer con sus apellidos) cuando explica lo que supone la escuela para él: «A nivel personal, un repaso a una infancia truncada a base de profesores que pegaban más que enseñar con su frase hecha de con sangre la letra entra, donde escapar a las clases era la mejor opción; hoy la escuela me aporta una nueva y avanzada experiencia, cosa que a mis 40 años valoro mucho en todos los aspectos».