El caso de Oviedo deja claro el papel que pueden representar los ayuntamientos en transformar una ciudad. Así opina el concejal de Urbanismo ovetense, Alberto Mortera.
«Las competencias urbanísticas de un Ayuntamiento convierten a esta institución en el factor clave para impulsar las transformaciones de una ciudad. Por supuesto, modelos como el aplicado en Oviedo son igualmente trasplantables a otras ciudades adaptándolo a cada realidad orográfica, demográfica y económica», explica.
-¿Cuáles han sido las compensaciones para su ciudad?
-Indudablemente, una mejora de la calidad de vida para los residentes, una sustancial reactivación económica y una mejora del atractivo de la ciudad, tanto para los visitantes como para las inversiones productivas.
-¿Y cómo ha reaccionado la ciudadanía?
-Los ciudadanos han apoyado muy mayoritariamente las transformaciones urbanísticas y físicas de la ciudad tras ciertas reticencias iniciales, que siempre se producen cuando se aborda la peatonalización de una vía de tráfico o se expande el crecimiento de un núcleo urbano más allá de las fronteras históricamente conocidas.
-Con el «fichaje» de Santiago Calatrava, ¿se busca un plus de calidad?
-Algunas firmas arquitectónicas confieren a ciertos proyectos un mayor valor y atractivo inicial. En todo caso, más allá de que Calatrava sea el autor del proyecto, el Palacio de Congresos y el complejo del que forma parte se convertirá en uno de los vectores del desarrollo económico y del atractivo internacional de Oviedo.
-¿Por dónde pasa el futuro del urbanismo en Oviedo?
-En el recesivo contexto económico actual algunos proyectos urbanísticos se demorarán, sin duda [...]. Pero la frialdad de los datos demográficos prueba el buen resultado de un modelo que convierte a Oviedo en la ciudad que más crece en Asturias, con gran diferencia.