La Iglesia recuerda a Touriño que a los obispos los nombra el Papa

GALICIA

19 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Las últimas declaraciones del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, realizadas en Madrid contra el nuevo obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, han provocado malestar en la jerarquía católica gallega y también en la española. Pero, por encima de todo, han causado extrañeza. En los muchos episodios de tensión que el Gobierno socialista y la Conferencia Episcopal han protagonizado durante la legislatura que culmina, el jefe del Ejecutivo gallego no ha destacado por su especial beligerancia a la hora de criticar la actitud de los obispos. Nada hacía presagiar, aseguran en círculos cercanos a la cúpula eclesial española, un ataque tan directo de Touriño, al que consideran un político templado, contra el nuevo responsable de la diócesis lucense, y más teniendo en cuenta que Carrasco Rouco ni siquiera ha tomado posesión.

Las relaciones del presidente gallego con la Iglesia han sido hasta ahora correctas y ese es el motivo por el que la Conferencia Episcopal ha rechazado contestar a sus palabras. La sorpresa es mayor toda vez que la crítica de Touriño no se refiere a un tema de conflicto entre la Iglesia y el Estado sino a una decisión soberana de la jerarquía católica.

El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, rechazó hacer una valoración a La Voz de Galicia sobre las declaraciones de Touriño. Pero un portavoz autorizado de los obispos españoles sí aceptó responder y recordó al presidente de la Xunta que el nombramiento de los prelados es una responsabilidad exclusiva del Papa, por lo que las críticas del presidente gallego a esa designación ni siquiera se dirigen contra la jerarquía católica española, sino directamente contra Benedicto XVI.

Rouco no contesta

Los obispos tampoco quisieron valorar las recomendaciones de Touriño en el sentido de que la Iglesia española debe avanzar hacia posiciones más «constitucionales» ni la referencia del presidente de la Xunta a los sectores «integristas» católicos que, a su juicio, conviven en la Iglesia española con otros posicionamientos más avanzados. La archidiócesis de Madrid, de la que es titular monseñor Rouco Varela, tío del nuevo obispo de Lugo, rechazó igualmente comentar las palabras de Touriño.

Tras las últimas declaraciones del presidente gallego, matizando el alcance de sus críticas y dejando clara la «constitucionalidad» de la Conferencia Episcopal, todo indica que se trata de un rifirrafe puntual que no enturbiará la correcta relación que hasta ahora mantienen la Xunta y la Iglesia católica. Ese es al menos el deseo expresado por Touriño y también el de los obispos españoles, que no quieren ampliar a cuestiones estrictamente internas de la Iglesia la confrontación que mantienen con los socialistas a menos de dos meses de las elecciones, basada exclusivamente en la legislación en materia de matrimonio, aborto y educación.

Una buena muestra de si esas relaciones se han reconducido se tendrá en la consagración como obispo de Alfonso Carrasco Rouco, que se celebrará en la catedral de Lugo el próximo 9 de febrero. Los actos estarán presididos por Antonio María Rouco Varela y está previsto que asistan también el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, y el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio. El grado de la representación de la Xunta en esta ceremonia marcará sin duda la temperatura de las relaciones entre ambas instituciones.