De cuando medio país ni contaba

GALICIA

XOÁN A. SOLER

El Parlamento gallego recrea, con una lectura dramatizada, el encendido debate político que permitió aprobar en 1931 el sufragio femenino en España

30 mar 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Hubo un tiempo, que aún recordarán vagamente los que tienen 85 años o más, en que el Congreso debatía sobre si la mujer tenía en el cerebro menos cloruro de sodio que el hombre y en el que muchos diputados afirmaban que era más ingrávida e histérica, lo que convertía en una peligrosa aventura -creían ellos- otorgarle el derecho al voto. Una diputada del Partido Radical, Clara Campoamor, se reveló contra esas creencias, recogiendo el testigo de la lucha feminista que, en Galicia, tuvo sus antecedentes en mujeres como Rosalía de Castro, Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán. El Parlamento gallego retrocedió ayer ochenta años en el tiempo para recrear, con una lectura dramatizada, los debates políticos que dieron lugar a la implantación del sufragio universal, permitiendo así que la mitad del país que permanecía silenciada pudiera también pronunciarse. La mayoría de los parlamentarios del Pazo do Hórreo cedieron ayer sus escaños a un nutrido grupo de mujeres representativas de la sociedad gallega, mientras actores y actrices ocuparon los asientos azules del Gobierno para representar por unos instantes a Rosalía, Pardo Bazán, Campoamor o a congresistas de la Segunda República como el cura ourensano Basilio Álvarez o el coruñés Novoa Santos. En aquella Cámara había tan sólo dos mujeres (Campoamor y Victoria Kent) sobre un total de 465 diputados. Y para más inri, ni estaban de acuerdo para clamar el voto femenino, como bien se encargaba de ridiculizar la prensa de la época a modo de augurio de lo que podría ocurrir el día que en vez de dos fueran un ciento. Lo cierto es que la conquista del sufragio femenino, aprobada por sólo 40 votos de diferencia, no confirmó las «perturbaciones» que se vaticinaban, como se recreó ayer en la dramatización escrita por María Xosé Queizán y dirigida por María Armesto y que, entre otros, contó con artistas como Berta Ojea, Casilda García, Mónica Bar, Antonio Durán Morris o Xavier Picallo. «Esa loita segue a ser necesaria», dijo la presidenta de la Cámara, Dolores Villarino, que llamó a los asistentes a «loitar xuntos» por la igualdad y la democracia paritaria. Instantes después, la actriz Berta Ojea, una de las protagonistas de la serie A vida por diante , interpretaba a Campoamor para quejarse de que los hombres «toleran ás mulleres» en los partidos políticos a condición de que su actuación sea «inocua e débil». Entre el público atendía la nacionalista Encarna Otero, directora xeral de Calidade da Vivenda, y susurraba por lo bajo: «Isto aínda non cambiou tanto».