La acusada del crimen de Monfero y su madre, condenadas por asesinato

Alberto Mahía A CORUÑA

GALICIA

CÉSAR QUIAN

El juez da por hecho que lo planearon todo meses antes y les impone 30 y 25 años de cárcel Al padre y al marido de Isabel Marcos también los castigan con 10 años de prisión

29 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Obsesionada con tener un crío y en vista de que no se quedaba embarazada pese a intentarlo hasta con dos hombres -marido y amante-, Isabel Marcos y su madre decidieron dar muerte a su amiga Vanessa Lorente y enterrarla en su propia casa para quedarse con su bebé de cuatro meses. Ese era el sueño, el delirio, y ahora es el castigo de estas dos mujeres, vecinas de Monfero, de 29 y 56 años. Porque a Isabel Marcos la condenó la Audiencia Provincial de A Coruña a 30 años de cárcel por asesinato, detención ilegal y suposición de parto, idénticos delitos que le atribuyen a su madre, María Maceiras, a quien el tribunal impone 25 años de prisión. En cuanto a José Carlos Marcos y Ángel González, padre y marido de Isabel, respectivamente, el juez los condena a diez años por considerarlos autores de los delitos de detención ilegal y suposición de parto. Impermeable a las imposiciones del sentido común, este caso pone los pelos como escarpias. Según la sentencia, madre e hija idearon el crimen meses antes de llevarlo a cabo. A principios del 2002, Isabel Marcos anunció a bombo y platillo un embarazo falso. También cavó una fosa con la ayuda de su madre debajo del tendedero de la ropa de su casa de Monfero, lugar en el que tenían pensado enterrar los restos a Vanessa. Ambas machacaron los somníferos e Isabel los metió en un zumo, que luego le dio a la víctima para dormirla, y así poder asestarle un golpe en la nuca y matarla. Para, finalmente, terminar por echarle tierra encima y quedarse con su bebé. Además, daban por hecho que el padre de la criatura no echaría de menos ni a su hijo ni a su compañera, pues tenían claro que este hombre se convencería con el tiempo de que Vanessa habría puesto tierra de por medio, huyendo de Fene (tenía el propósito de abandonar Galicia e irse junto a su madre a Mallorca). Falso alumbramiento Isabel Marcos sólo tendría que anunciar su falso alumbramiento y hacer creer que el niño que llevaba en brazos era fruto de su matrimonio. Pero aquello no tenía pinta de llegar a buen puerto, como así ocurrió. Las amigas de Vanessa comenzaron a buscarla nada más desaparecer, el 13 de agosto del 2002. La Guardia Civil inició la investigación hasta que descubrió que Isabel tenía un niño que pudiera ser el hijo de la víctima. Un mes después la detuvieron y en comisaría reconoció los hechos. Aunque en el juicio los negó. Pero el tribunal de la Sección Primera no le dio crédito alguno y tomó por seguro que el 13 de agosto del 2002 Isabel Marcos citó en una cafetería de Fene a Vanessa, que acudió con su bebé. Luego se trasladaron a Pontedeume, donde la asesina le dio el zumo con somníferos. Cuando la víctima quedó dormida en el coche, Isabel le asestó un golpe en la nuca que le produjo la muerte al instante. Tras percatarse de que Vanessa era cadáver, se dirigió a su casa de Monfero, donde la esperaba su madre con todo dispuesto para enterrar el cuerpo. Dejaron al bebé en una cama y colocaron el cadáver en la fosa hecha días antes. Después echaron una placa de cemento en el terreno. Y al crío lo hicieron suyo.