La cobertura de móvil se desploma al sur de Vigo y entre A Coruña y Santiago

Ch. Casares / A. Magro REDACCIÓN

GALICIA

La señal telefónica desaparece por completo en nueve zonas de la autopista que conecta Ferrol con el Miño Las operadoras portuguesas «invaden» los teléfonos gallegos junto a la frontera

22 oct 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

En la Galicia del siglo XXI aún hay zonas en las que cualquier intento de comunicación telefónica se convierte en un insufrible intercambio de balbuceos. Y no hay que irse al rincón más recóndito de la comarca de Lemos para quedarse fuera del mundo del móvil: en la propia autopista AP-9, el eje vertebrador de la Galicia atlántica, la que más población acumula y la que más fuerte se abraza a la modernidad, existen demasiados puntos en los que es imposible llamar por teléfono. Un análisis de la señal de móvil realizado esta misma semana por La Voz entre Tui y Ferrol revela que hay dos grandes tramos en los que la telefonía es todo menos comunicación. Uno de ellos está junto a la frontera, al sur de Vigo, donde las operadoras lusas invaden Galicia y devoran la débil señal de las tres compañías españolas, para disgusto de quienes se ven obligados a rascarse de más el bolsillo para pagar la tarifa que corresponde a quien recibe llamadas en el extranjero. El otro eje de incomunicación está entre la capital gallega y la ciudad de A Coruña, donde la señal se mantiene bajo mínimos. Según las mediciones efectuadas, el índice de cobertura del tramo A Coruña-Santiago de autopista está un 10% por debajo de la media de la AP-9 y es un 46% inferior al de los 80 kilómetros de asfalto que unen Vigo con la capital compostelana. Amena, la peor cubierta Peor aún es la situación junto a la frontera, donde la señal es un 50% más endeble que en el resto del litoral atlántico. Conforme el viajero se acerca al sur la cobertura se debilita hasta desaparecer a orillas del Miño. Después es preciso recorrer casi veinte kilómetros hacia el corazón de Galicia para volver a ver en la pantalla del teléfono el nombre de alguna de las tres compañías que operan en España. La que más problemas tiene es Amena. La firma del logo verde se esfuma en el espacio radioeléctrico con inusitada facilidad. De los cuarenta puntos de la autopista del atlántico medidos por La Voz, Amena sólo tiene una señal más fuerte que Movistar en uno de ellos. La división de móviles de Telefónica es precisamente la que ofrece un servicio con más garantías, gracias a una cobertura media un 23% más fuerte que la de Amena y un 17% mejor que la de Vodafone. Galicia de contrastes Aunque, con independencia de las marcas, el servicio de móviles en Galicia ofrece situaciones difícilmente explicables. Mientras en el entorno del aeropuerto compostelano de Lavacolla, el más grande de la comunidad, la cobertura cae en picado, a la altura del barrio de chabolas que preside una de las entradas a Pontevedra la señal toca techo. Tampoco resulta sencillo aclarar por qué en el interior del túnel kilométrico de Sartego, junto a Ferrol, la señal rozá el máximo, mientras en uno de los puntos de conexión con más tráfico de Galicia, el enlace vigués de la AP-9 con la AG-57 y la A-52, las posibilidades de hablar por el móvil son casi nulas. La situación se repite en otros enlaces viarios vitales, como el de la vía rápida de O Salnés, o el que conecta la AP-9 con la A-6, lugares en los que las conversaciones telefónicas se trasforman en una demostración de paciencia e intuición a golpe de sílabas rotas. O negocios rotos. O avisos tranquilizadores que no llegan. Porque, más allá del precio de la conexión, ¿cuánto vale una llamada frustrada?