Un héroe gallego en las Malvinas

Agustín Botinnelli

GALICIA

Muere en Argentina Antonio López, fisterrán que sobrevivió cuando el buque carguero en el que viajaba fue hundido por una fragata británica en la guerra de 1982

27 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Sólo unas pocas líneas de un comunicado oficial sirvieron para consignar el hecho: «El último superviviente al ataque inglés al buque de la Armada Argentina Isla de los Estados durante la Guerra de las Malvinas, Alfonso López, falleció el pasado sábado tras una larga enfermedad». Parecen pocas palabras para contar la historia de este gallego de 66 años, nacido en Fisterra, marino mercante por tradición, que un día decidió alistarse voluntariamente en el buque Isla de los Estados para luchar junto a los argentinos en la guerra por la recuperación de las Malvinas. También hubo pocas palabras en el comunicado oficial de aquel fatídico 10 de mayo de 1982: «El Estado Mayor Conjunto hace saber a la opinión pública que se ha verificado el hundimiento del buque Isla de los Estados ». El saldo de aquel ataque de la fragata británica Alacrity al carguero fue el de dos muertos, 21 desaparecidos y dos personas rescatadas. Tampoco entonces se hablaba de él, del inmigrante llegado al país cuando tenía 15 años, que había decidido dar la vida por su nueva patria. Pero Alfonso López sí tenía más que decir. Ya de regreso al continente, el 22 de mayo de 1982, relataba su historia: «Me embarqué el 10 de marzo (1982) en el Isla de los Estados . La función de este barco era llevar víveres a las Malvinas. A las 22.15 del lunes 10 de mayo, estábamos en el estrecho de San Carlos (franja de mar que separa las islas Gran Malvina y Soledad) cuando sentimos el primer impacto. Yo estaba durmiendo y salí corriendo para la cubierta. La noche era muy cerrada y el tiempo tormentoso. No sabía qué pasaba. Sabía que nos habían bombardeado pero no sabía cómo. En pocos minutos nos tocaron con cuatro impactos más y el barco comenzó a hundirse». López recordaba cómo no fue posible bajar los botes salvavidas: «A mi lado estaban Sandoval y Pallarola. Entre los tres tiramos la balsa al agua. Sandoval se lanzó al mar. A Pallarola no lo vi hasta un rato después. Sandoval desapareció. Yo me tiré y todavía no me explico cómo pasó, porque me tiré al agua y caí adentro de la balsa. Desde allí vi que el barco se hundía. Desde la balsa no se veía prácticamente nada, pero se oían gritos que pedían ayuda. Así pude dar una mano a Bottaro, el jefe de cubierta, a Pallarola y al capitán del buque Panigari». Cuatro personas intentaban ponerse a salvo en una balsa que se estaba desinflando: «Entraba agua y achicábamos. Así pasamos toda la noche, remando y al garete durante siete horas. A las cinco o seis de la mañana vimos la costa y nos empezamos a acercar. Pero la balsa ya se hundía. El capitán se tiró al agua, quizás para ayudarnos o pensando que podía alcanzar la orilla. Una correntada lo arrastró y no lo vimos más». Cuando llegaron a la costa, al poco de desembarcar murió Bottaro. «Después de caminar unas cuantas horas -supimos luego que era la isla de Swan-vimos una cabaña. Nos llevó varias horas llegar allí. Estaba abandonada pero tenía leche en polvo, azúcar y mermelada. Porque no teníamos cerillas no pudimos encender fuego. La leche en polvo la tomábamos con agua fría... Así estuvimos seis días, yendo y viniendo. El séptimo día, el domingo, vimos un barco en el estrecho. Le hicimos señas con banderas y un espejo. ¡Y qué alegría bárbara! ¡Nos habían visto! Era el Forrest , un barco pesquero», relataba. López volvió a su oficio de marinero y siguió ejerciéndolo hasta 1992, cuando se jubiló. Dio charlas en escuelas sobre la guerra y siempre se quejó de lo poco que los argentinos conocían sobre lo ocurrido. Este gallego, fallecido el sábado en su casa de la localidad de Avellaneda, no recibió el justo homenaje. Antonio López fue un héroe civil en una guerra que no era para él y que hizo suya por agradecimiento.