TODO SE LO DEBEMOS a los fagocitos. Sin esas células que se comen a las bacterias y otros microbios que andan por la sangre, cascaríamos antes que un huevo en un restaurante. Los fagocitos sobreviven a las demás células. La fagocitosis es un fenómeno voraz y continuo. Su equivalencia en la derecha española de la última mitad del siglo XX y del primer lustro del XXI sería la fragocitosis. Fenómeno político también de voracidad insaciable; superviviente, siempre. Desde la retirada de Carrillo, Manuel Fraga era el decano de los políticos en activo. Desde que a finales de agosto invitó a Rajoy a que apoyara su propósito de presentarse a la reelección para un quinto mandato en la Xunta, puede que sobreviva al propio Mariano. Aunque improbable por la primera premisa, podría ocurrir que Fraga revalidase la mayoría absoluta en el 2005, que Rajoy perdiese contra Zapatero en el 2008, y que el PP llamara a Rato. Para entonces, a Fraga aún le quedaría un año de mandato. De momento, a la fragocitosis hay que ir buscándole un lugar en la historia de la política española, porque no se conoce otro caso de político que ha ido devorando, unas veces, o sobreviviendo, las más, a sucesores, delfines, secretarios generales... Así año tras año, una década tras otra. A Herrero de Miñón y Jorge Verstrynge -aquel que era espigado y con gafas redondas- les siguió en la lista Hernández Mancha -sucesor fallido de Fraga, bajito y también con gafas, al que le sucedió ¡Fraga! Al siguiente sucesor, Aznar, ya le ha sobrevivido como político en activo desde que decidió que volverá a presentarse en el 2005 a una campaña. A Aznar y también al retirado Álvarez Cascos, su último secretario general en los tiempos de mando en la plaza madrileña. En Galicia, ya casi no quedan en activo ninguno de los que empezaron con Fraga en Alianza Popular o se adhirieron luego. Las excepciones son Rajoy y Cacharro, quien permanece con su acta de senador y con la presidencia de la diputación. Barreiro Rivas, Romay Beccaría, Cuíña o Victorino Núñez son los top de una lista autóctona de ex, en los que hay de todo. Quienes se fueron yendo, y quienes fueron fagocitados. Fragocitados, vaya.