Salto hacia el bronce

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

GALICIA

JAVIER SORIANO

Joan Lino Martínez voló hasta los 8,32 para colgarse una medalla que provocó la reclamación de Rusia y Jamaica

26 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

? Joan Lino Martínez le sienta bien el rojo. Dos competiciones como español y dos medallas. Ayer, y quizás contra pronóstico, se colgó el bronce en Atenas con un salto de 8,32 metros. Por delante del hispanocubano sólo estuvieron dos estadounidenses, John Moffitt (8,47), que le arrebató la plata en el quinto intento, y el campeón mundial e insuperable Dwight Phillips (8,59). Poco después de finalizar la prueba Rusia -ya desestimada- y Jamaica reclamaron por interpretar que el mejor salto de Lino había sido nulo. Joan Lino hizo los deberes por la vía rápida. Si el martes se había asegurado la final con un primer salto de 8,10, ayer consiguió pleno en el segundo intento. Después de firmar 7,79 en su primera ejecución, se elevó hasta el bronce en el segundo intento con los 8,32 anunciados. Fue un salto cuestionado, casi sobre el nulo, pero después de sopesarlo los jueces decidieron darlo por bueno. La marca le hizo acariciar incluso la plata durante mucho tiempo. Incalzable el primer salto de Dwight Phillips, estuvo como segundo hasta el quinto intento, pero John Moffitt con otro excelente salto le superó. Un poco antes se había llevado el susto de la noche cuando el jamaicano Berckford saltó únicamente un centímetro menos, registro que a la postre lo relegó a la cuarta plaza. Joan Lino Martínez, que había conseguido 8,02 y 8,06 en los saltos tercero y cuarto, descartó el quinto y centró todas sus fuerzas en el último. Con el bronce asegurado -en la competición- buscó un cambio de color con un último salto, pero en el sexto intento no pasó de nuevo de los 8,06. Yago Lamela Si el hispanocubano fue la cara, la cruz correspondió una vez más a Yago Lamela, que pasó con muchos apuros a la final y que terminó firmando un mejor salto de 7,98 después de acumular dos nulos en los primeros intentos. Joan Lino Martínez, que en todo momento contó con la complicidad del público, recogió su medalla en medio de la incertidumbre. Se ha ganado el bronce en la arena porque han sido los jueces quienes han validado el salto, sin embargo siempre quedará la duda después de las dos reclamaciones. El hispanocubano estaba feliz: «Yo tenía esperanzas en sacar medalla y así ha sido. Pensaba que con 8,30 u 8,38 podría obtenerla y no me he equivocado». El atleta se refirió también a las reclamaciones que han puesto las delegaciones de Jamaica y Rusia sobre un supuesto nulo en su mejor salto. «La primera que me han puesto los rusos no ha prosperado y la segunda de los jamaicanos va a ser igual. Han ido los jueces y no hay huella y si no hay huella no hay salto nulo», comentó. Para Lino se abre un nuevo camino, con estabilidad económica y con opciones de asentarse en la élite mundial.