Del rubio al caoba

La Voz

GALICIA

La cuota gallega Los «fragólogos» están divididos De Carral a Sada, pasando por Vigo

17 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

LA DERECHA ha gastado miles de botes de tinte rubio durante lustros. Las chicas del PP de mediados de los noventa -Tocino, Villalobos, Rudí, Sainz,...- eran todas rubias simuladas. Pero los tiempos cambian. Rajoy pide el voto para las elecciones de marzo en unas vallas de seis metros que han colocado a las puertas de todas las ciudades con la imagen de una familia feliz, pero sin destellos dorados. Él, pelo negro. Ella, caoba. ¿Llegan malos tiempos para las rubias y rubios en el PP o sólo será más publicidad engañosa? EL PESO demográfico de Galicia en España es del 6,6%. El porcentaje es una especie de cuota gallega en el mercado estatal. También en la televisión. El nuevo concurso La selva de los famoS.O.S. cumple con la cuota. De los dieciséis concursantes, uno es gallego. Se trata del otrora cantante de éxito Alberto Comesaña, quien aceptó la oferta para participar porque «es una prueba que me manda Dios por mis hijos» (sic). ¡Manda carallo con Comesaña! IMPOSIBLE el consenso. La unidad está rota. Grietas horizontales y transversales se abren cada día un poco más entre el grupo desde la vuelta de Navidades. No hay duda; los fragólogos están divididos. Los intérpretes de la palabra de Fraga -un grupo numeroso y jerárquico que encabezan los conselleiros que son, algunos de los que fueron, todos los que quieren serlo y otros que nunca lo serán- disienten en sus teorías sucesorias. El grupo de fragólogos todavía más numeroso es el que sostiene que la sucesión se resolverá después de las elecciones generales de marzo. Sin embargo, en el ámbito de la fragología, ha recobrado vigor en los últimos días una teoría antitética a la anterior. La que interpreta que Fraga se sucederá a sí mismo en las autonómicas previstas para el 2005. Aunque fundada, con razón, en los hechos pasados y en el carácter del político en cuestión, obvia la evidencia de la edad. La discrepancia entre los fragólogos es fruto del efecto culebrón. Son tantos los capítulos de la historia de la sucesión y tan prolongados en el tiempo que ya no hay quien se ponga de acuerdo ni siquiera sobre cuándo será el desenlace. Entre los dos polos discrepantes de intérpretes de la palabra de Fraga, pululan otros grupos con teorías diversas, entre las que una que brilla sobre las demás por asentarse en hechos y en afirmaciones recientes del personaje. Artur Mas perdió la Generalitat o, lo que es lo mismo, el modelo sucesorio de Pujol, que se caracterizó por señalar a un heredero con dos años de antelación, ha fracasado. Si el modelo de Aznar, que apuró los tiempos para anunciar que se quedaba con Rajoy, triunfa en marzo, ¿cuál si no el segundo debiera aplicar Fraga? El segundo también porque el paso del tiempo puede achicar las discrepancias entre fragólogos provocadas por el otro efecto culebrón del PP de aquí: la caída de Cuíña hace ya un año. La teoría concluye que allá para la primavera habrá relevos y cambios entre los que nos gobiernan para señalarnos con claridad a los candidatos -que son los que ya se saben- y, luego, tocará esperar hasta la primavera siguiente. Lo peor de que esta hipótesis sea la acertada, es que serán otros doce meses más para que la fragología continúe teorizando. Ni siquiera los primeros culebrones sudamericanos se alargaron tantos capítulos. EL PSOE Y EL BNG han perdido en tan sólo unos meses las alcaldías coruñesas de Carral y Sada por albergar en sus listas a tránsfugas, que el PP se encarga de mimar siempre con celo de abuela. Pero ni la pérdida de Carral ni la de Sada provocan el grado de frustración entre los votantes que causó Pérez Castrillo cuando entregó Vigo a Corina Porro.