Kluivert y Rivaldo devuelven la tranquilidad al Barcelona

JORDI SANS BARCELONA

GALICIA

El Barcelona dio un repaso a un triste Zaragoza y debió golear al equipo del cuestionado Chechu Rojo. El partido fue un monólogo azulgrana y los catalanes mandaron tres balones al palo en un choque que dejó muy satisfecha a la afición del Camp Nou, salvo por el resultado, que se quedó muy corto. El conjunto de Carlos Rexach se coloca a cinco puntos del Madrid y recupera la tranquilidad.

06 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

El duelo también sirvió para que Rivaldo, que fue recibido por silbidos en su regreso al equipo, y Kluivert se ganasen al público catalán. El brasileño ofreció una gran actuación y el holandés participó en los dos goles de su equipo, el primero como autor y el segundo, de asistente. Los azulgrana, aparte de momentos de gran fútbol, que se incrementaron en la segunda parte, tuvieron muy claras ocasiones en el primer tiempo, pero hasta que no se cumplió el 45 habían carecido de remate para abrir el marcador. Las únicas y contadas ocasiones del Zaragoza en todo el encuentro fueron después de una jugada personal de Juanele y un libre directo de Acuña despejado por Reina. Al Barcelona, en cambio, muy motivado y notable en muchas ocasiones en la elaboración, sólo le faltaba el gol, porque fallaba en el último pase o no le acompañaba la suerte. Dos acciones de Kluivert dispararon a su equipo, que creyó en la goleada. Los cambios de Rojo no dieron ningún resultado, porque el Zaragoza estaba entregado ante la superioridad de su rival. Rivaldo quiso poner la guinda con una vaselina que tocó Láinez y se estrelló en el larguero. Pero el brasileño no dejó de insistir hasta el final, y en otra jugada personal, tras otra demoledora ofensiva de su equipo, estuvo a punto de conseguir el tercero. Fue entonces cuando Rexach decidió sustituirlo y el brasileño se marchó entre aplausos. La paz vuelve al Camp Nou.