La UE impulsa una reforma en la Dirección de Pesca que restará poder a España

La Voz

GALICIA

Los cambios auspiciados por el danés Steffen Smidt afectarían a los fondos estructurales de la flota y a los acuerdos con terceros países La jubilación de uno de los cuatro directores de la DG-XIV, el departamento de Pesca de la Unión Europea (UE), ha sido la excusa de oro que ha topado el danés Steffen Smidt para impulsar una profunda reforma en el organigrama de la administración pesquera comunitaria. En vez de cubrir la vacante, Smidt propone una remodelación que, de facto, restaría a España buena parte del peso y de la influencia pesquera que posee. Tanto es así que los fondos estructurales de la flota, en manos del único director hispano de la DG-XIV, y los acuerdos que más benefician a los países del norte de la Unión quedarían bajo el control de un representante británico.

06 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

DOMINGOS SAMPEDRO BRUSELAS. Corresponsal «No es tanto un cambio de personas, sino una remodelación de amplio calado, una nueva forma de entender la política pesquera», explica una fuente comunitaria. En efecto, la reforma que promueve el director general de Pesca de la UE, Steffen Smidt, no se limita a cubrir el puesto que dejará libre el francés Alain Laurec, el entusiasta de las volantas de la muerte que dirige la Política de Conservación de Recursos y que se jubilará antes de que, en el 2002, este tipo de aparejos se prohíban en aguas de la Comunidad. Smidt va más allá. Agrupación El técnico danés, al que algunos eurodiputados gallegos le atribuyen un carácter indolente, pretende agrupar en una misma dirección la regulación pesquera de aguas comunitarias y los convenios de pesca del norte (Noruega, repúblicas bálticas y Groenlandia, entre otros), que benefician sobre todo a socios como Holanda, Dinamarca y Gran Bretaña. En cambio, los acuerdos del sur, los africanos, en los que más intereses posee Portugal y Francia, pero sobre todo España, seguirán bajo la competencia del departamento de Pesquerías Internacionales, que dirige el italiano Mastracchio. División de los acuerdos El resultado palpable es que se divide la política de convenios entre el norte y el sur, y con el añadido de que el primer bloque de acuerdos, los del norte, quedarán adscritos a una superdirección que pasará a controlar el británico John Farnell, un hombre de la entera confianza de Steffen Smidt, y que en la actualidad se encarga de las políticas de mercados. Además, esta superdirección se verá reforzada con la gestión de los fondos estructurales de la flota, que se le restan al departamento liderado por el español Manuel Arnal. Algunas fuentes aventuran que la purga tendrá aún más aristas, dado que se le daría un nuevo destino a la jefa de unidad española que se encarga de las licencia de pesca y se movería al funcionario gallego que se ocupa de la pesquería de túnidos y pez espada. El resultado es que España perdería capacidad de control e influencia sobre acuerdos de pesca de la zona norte y sobre una parte importante de los fondos estructurales, dos capítulos importantes de la administración pesquera. Los pactos del sur -los más difíciles de renovar y a los que se destina mayor inversión- quedarían desligados, con el riesgo de que en el seno de la UE pueda cobrar fuerza la idea que son una auténtica sepultura para los presupuestos comunitarios.