«Hija de la venganza», el terror doméstico más adictivo renace con McDowell

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El autor de «Blackwater» regresa a las librerías con dos mujeres antagónicas que exponen las miserias de la familia

21 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2024, una muy peculiar familia sureña nacida de la pluma de un autor fenecido ya el siglo pasado puso patas arriba el mundo literario con una historia que rezumaba terror gótico, poder femenino y, sobre todo, una prosa meticulosa y adictiva. Los Caskey, protagonistas absolutos de la saga Blackwater, fueron quien de volver a poner en boga a su padre, Michael McDowell, un diamante en bruto fallecido en 1999 a quien ahora varias editoriales —entre las que se encuentra la española Blackie Books— han decidido pulir para regalarnos a los lectores una auténtica joya literaria, un tesoro que ya había conquistado al mismísimo Stephen King, quien llegó a calificar a McDowell como el «mejor escritor de libros de bolsillo de toda América». Este 2025, los bolsillos españoles vuelven a tener una nueva entrega de terror doméstico, de esas que desnudan al concepto de familia para exponer las miserias que esta institución arrastra. De esas que no necesitan ingredientes muy exagerados para impregnar la piel de un terror basado en la crueldad de los seres humanos. De esas que, al igual que sucedió con Blackwater, combinan la normalidad con lo sobrenatural con una maestría que consigue que nada chirríe dentro del relato.

Ahora, todos esos hilos son los que tejen Hija de la venganza, una historia perversa, negra, terrorífica y a la vez luminosa. Llena de tensión psicológica, de escenas incómodas, de una atmósfera pesada que envuelve a un lector incapaz de salir de ella. Un libro que vuelve a poner el foco de atención en dos mujeres llenas de aristas. Por un lado, Philomela Drax, una pobre (pero virtuosa) joven que acude al llamado de auxilio de su abuelo, después de que este le confesara en una carta estar en peligro por los Slape, una familia carente de escrúpulos que capitanea Katie Slape: villana entre villanos. El primer capítulo ya desnuda el alma negra de esta chica, demasiado monstruo y demasiado fantasma para una niña de su edad. No en vano, la historia de McDowell arranca con la infante Katie obligando a cachorros de caniche a tragar licor barato por una jeringuilla para evitar que crezcan y poder venderlos mejor a las damas elegantes de la época. El sadismo del personaje, que engancha a los amantes del terror, la lleva a matar a uno de los pobres animales de la peor forma posible después de que este le estropeara el vestido con vómito.

«Crees que el dinero es el único motivo para el engaño y la maldad en este mundo. ¿Cuánto dinero ganó el diablo por engañar a Eva?», es la cita de Herman Melville que encabeza Hija de la venganza y que sirve como prefacio del relato que mostrará al lector los sinsabores de los ricos que no dudan en apartar sus escrúpulos para seguir llenándose los bolsillos, de pobres que luchan a destajo para dignificar una vida terrible, de los típicos desmanes de las herencias, de las adversidades que acompañan a la familia, del horror que se puede encontrar en las mayores cotidianidades…

McDowell vuelve. Y vaya si vuelve. Lo hace a través de una persecución a muerte que arranca por las decadentes calles de una aldea situada en Nueva Jersey para ir abriéndose paso hasta la gran ciudad por antonomasia: Nueva York. Pertrechado con todo lo que enamoró a los lectores el año pasado (sobre todo unos protagonistas y, más que nunca, unos antagonistas indescriptibles), Blackie Books nos vuelve a demostrar que, a pesar del aciago final del autor, hay McDowell para rato.