Frágiles, errantes y desamparados son los protagonistas de Los divagantes, ocho relatos casi indelebles de la escritora mexicana Guadalupe Nettel
02 ene 2024 . Actualizado a las 13:01 h.Cuando has sido una mujer pegada a una maleta durante demasiados años, tantos que casi olvidas cómo regresar a casa, leer Los divagantes es vertiginoso, aunque lo hagas arropada en tu cama una madrugada de diciembre.
Cercana y certera, Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) arroja una prosa sencilla y una mirada extraordinaria. La mirada literaria, eso que no se puede enseñar en las escuelas de escritura, es la herramienta definitiva de su genio creativo. Porque Nettel mira desde su vida nómada, desde su infancia como expatriada, desde su demoledora maternidad. Y te presta los ojos de aquella niña que un día descubrió que los albatros perdidos tras una tormenta raramente logran volar de regreso a su hábitat natural.
Frágiles, errantes y desamparados, los protagonistas de estos ocho relatos casi indelebles se atreven a buscar el camino de vuelta, a descubrir sus raíces, a soñar sus vidas ordinarias en otro lugar, a abismarse a otra existencia posible.
Desde la Patagonia hasta Barcelona, entre lo cotidiano y lo desconocido, se mueven los personajes —y alter egos— de la escritora mexicana, tan fáciles de imaginar y querer. Una mujer atada a una araucaria, la madre de un niño pirómano, el actor que espía al matrimonio residente en el piso que no pudo alquilar, la chica que contacta con un pariente proscrito, la pareja que se arrepiente de viajar al pasado, el argentino que regresa a su patria tras la dictadura y la familia que duerme para soportar el confinamiento. Cuentos pospandémicos en primera persona y con finales abiertos para saborear con lentitud, como una caja de bombones.
Traducida a veinte idiomas, no es Nettel una principiante. Ha escrito ensayos sobre Octavio Paz y Julio Cortázar; cuatro novelas, entre ellas Después del invierno, premio Herralde en el 2014, y La hija única, finalista del Booker en el 2022; y cinco libros de relatos, como El matrimonio de los peces rojos, premio Narrativa Breve Ribera del Duero en el 2013.
Esta creadora de seres raros y fascinantes, que pasó su niñez en el sur de Francia, donde sufrió acoso escolar y se refugió en los libros, es hoy una de las voces del nuevo boom latinoamericano femenino, junto a las argentinas Mariana Enríquez y Samanta Schweblin, la boliviana Liliana Colanzi y la chilena Paulina Flores, entre otras. Como dice la cita de Anaïs Nin con que la mexicana abre este libro de cuentos sobre vivir sin brújula: «No vemos las cosas como son; las vemos como somos».
«Los divagantes», de Guadalupe Nettel (Editorial Anagrama)
161 páginas, 17,90 euros