—Vienen presentando su último trabajo discográfico, titulado «Hi». ¿Es otro disco forjado en la pandemia?
—Realmente fue escrito antes de la pandemia y debería haber salido antes del primer confinamiento. Pero se retrasó, porque mi madre se puso enferma y tristemente murió justo antes de que nos encerraran. Fue justo la semana anterior a que nos mandasen quedarnos en casa, así que, como puedes imaginar, mi estado de ánimo no era el mejor para pensar en presentar un disco. Durante la pandemia la gente terminó olvidando que había mucha gente sufriendo. Aunque había muchas personas que me animaban a sacar el disco precisamente porque me decían que la gente necesitaba más que nunca música en esos días, yo no podía evitar pensar que detrás de eso lo que realmente había era una intención de hacer caja en un momento en el que la gente estaba luchando por salir de una situación desesperante. Si crees que un disco de Texas va a conseguir levantar el ánimo de aquellos que perdieron a algún familiar durante la pandemia es que estás loco. Teníamos clarísimo que no sacaríamos ningún disco mientras la situación fuese crítica.
—En el disco cuentan con la colaboración de Wu Tang Clan.
—Es una relación que se remonta a los años noventa, cuando la música era realmente importante. Wu Tang Clan vinieron a Glasgow con Public Enemy y se empaparon de todo lo que aquí había. Teníamos algo en común. Ellos eran una rareza, unos forasteros en Nueva York, igual que nosotros lo éramos en Londres, ya que somos escoceses. Y esa sensación de no encajar en la escena creó un vínculo entre las dos bandas.