El «thriller» de un coruñés que triunfa en Netflix

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«La noche más larga», del guionista Xosé Morais, ha entrado en el top 10 de la plataforma tras estrenarse en 190 países de todo el mundo. Algunos ya lo comparan con el éxito internacional de «La casa de papel»

21 jul 2022 . Actualizado a las 18:27 h.

Un homenaje a las películas de acción que alquilábamos en los videoclubes en los años ochenta. Este es el tono de La noche más larga, la trepidante serie creada por el guionista coruñés Xosé Morais (Mareas Vivas, Serramoura, Acusados...) que ha entrado en el top 10 de Netflix, tras estrenarse hace dos semanas en 190 países de todo el mundo, incluido Estados Unidos. «Es un tipo de cine que me gustaba mucho, con personajes muy marcados, dilemas morales y mucha rapidez, como La Jungla de Cristal. En cuanto empieza a surgir esta historia, me doy cuenta de que todo tiene que pasar en una noche», explica Morais.

La serie transcurre en Nochebuena, cuando un grupo de hombres armados rodea la prisión psiquiátrica de Monte Baruca y la incomunica con el exterior. Su objetivo es capturar a Simón Lago (Luis Callejo), un peligroso asesino en serie. Si los guardias se lo entregan, el asalto acabará en cuestión de minutos. Pero Hugo (Alberto Ammann), el alcaide, se niega a obedecerlos y se prepara para resistir el ataque. ¿Tan larga se puede hacer una noche, cuando las cosas se tuercen, que da para una serie entera? Pues sí. El sexto y último capítulo termina sobre la una de la mañana y tiene un final tan abierto (un cliffhanger o gancho final) que todo apunta a una segunda temporada. «El misterio de por qué a Simón lo quieren sacar de allí no está resuelto», confiesa el escritor coruñés, que ha creado y producido este ambicioso proyecto junto a Víctor Sierra, con Óscar Pedraza como director. Es la primera vez, reconoce Morais, que le toca implicarse tanto. «Ahora mismo es lo que piden. Tú escribes y tú controlas el proceso hasta el final. Estuvimos presentes desde que se escribió la primera palabra hasta que se hizo la última mezcla de sonido del capítulo final». Es el control total de los creadores, convertidos en showrunner (autor-productor).

Angustia recompensada

Hay mucho susto en este drama carcelario que te enganchará sin tregua y que algunos ya comparan con el éxito internacional La casa de papel. El espectador pasa angustia, sí (pronto recompensada) pero no más que los actores, porque todo el elenco tuvo un sufrimiento añadido. La serie se desarrolla en Navidad, pero se rodó en agosto en platós de Netflix en Madrid y en una nave industrial en Aranjuez. «Allí se pasaba tranquilamente de los 45 grados. Salían empapados en sudor tras cada toma y había que cambiarles de ropa de cada vez porque se estaban muriendo de calor», recuerda Xosé Morais.

Más peculiaridades. Apenas hay efectos digitales en este thriller en el que nunca sabes quiénes son los malos y quiénes los buenos, pero lo vas rumiando poco a poco. «Todos los personajes tienen buenas intenciones, pero cometen malas acciones. Y al revés. Los que parecen los malos, acaban realizando buenas acciones». Un dilema moral al que se enfrentan todos, incluidos los espectadores. La dirección de cásting es espectacular (todos están magistralmente metidos en su papel). Especial mención merecen los gallegos Xabier Deive, Sabela Arán o Paula Morado, que firman trabajazos de los que sentirse bien orgullosos. Y destacan las interpretaciones de Daniel Albadalejo (Cherokee) y Cecilia Freire (Manuela), cuyos pasionales besos con los ojos abiertos son tan impactantes como el personaje de Pablo Alamá: «Queríamos contar con un actor trans, pero que ese hecho no definiera su drama, sino que tiene una venganza pendiente». Original es el «¿Cuándo se come aquí?» en pleno asalto sanguinario y, en definitiva, que estos presos, médicos y funcionarios ponen sus vidas en juego con mucho mar de fondo. La ficción, de solo seis capítulos, complacerá a ese tipo de espectador que tiene predilección por las series con temporadas cortas. Buena opción para el verano. Hay que verla.