Anna Llenas, autora de «El monstruo de colores»: «Reconocer las emociones es más útil que las matemáticas»

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Anna Llenas

La autora de «El monstruo de colores» publica «La joya interior», un libro que confía en que sirva de herramienta para conectar con «nuestro Pepito Grillo»

27 dic 2021 . Actualizado a las 22:39 h.

Hace casi diez años que Anna Llenas (Barcelona, 1977) escribió El monstruo de colores, y aunque ha habido otros títulos por medio, como Te quiero o Topito terremoto, la escritora bestseller de la literatura infantil acaba de publicar La joya interior, que para ella supone el segundo de los temas a tratar después de las emociones.

­—¿Nunca nos valoramos tanto como cuando nacemos?

—Es complicado de sintetizar con un frase, son esos temas complejos que son más sencillos cuando somos niños. Yo me di cuenta con El monstruo de colores, que lo escribí de adulta, aprendí de mayor a poner nombre a todas mis emociones. Hubo un antes y un después, cambios en mi vida profesional, me formé como arteterapeuta; y personal, decisiones que he tomado gracias a que me permito sentir mis emociones. La joya interior va por el mismo camino, pero aquí el tema es esa fuerza, el yo verdadero, nuestro yo más profundo. De pequeños solo somos eso, y a medida que vamos creciendo vamos desarrollando otros yoes, otras capas, tenemos que adecuarnos a unas normas, ser aceptados por el grupo...

­—¿Nos vamos modulando?

—Exacto, que en su justa medida no está mal, porque es así como somos. Podemos decir que hay un yo verdadero más íntimo, conectado con nuestra esencia, con quien somos, con nuestra parte más espiritual, y a medida que vamos creciendo tenemos que ir aprendiendo otras cosas que tienen que ver con la adaptación, con la familia, con el entorno, con la sociedad...

­—«El monstruo de colores» ha sido un auténtico fenómeno literario. Ha saltado de las casas a las clases. ¿Esperas que ocurra algo parecido?

—He hecho muchos otros libros, y los quiero igualmente, en los que también hablo de las emociones y de este mundo interior que de alguna manera no vemos y al que nos cuesta ponerle palabras, pero para mí este libro es importante en cuanto a tema. Es otra base, otro pilar. Para mí ha habido un antes y un después de hacer conciencia de estas cosas, de tomármelo en serio, así que ojalá. Quizás es más complejo que el monstruo, pero espero que sirva como herramienta de comunicación entre padres e hijos, también para adolescentes, que puedan contar con él sin el acompañamiento de un adulto, y en las clases, porque la educación de valores y emociones, o temas como este, es importante.

­—¿Se aborda poco?

—Se aborda poco y es importante. Para mí el conocimiento de estos temas es igual de útil o más que las matemáticas. Yo por ejemplo, las mates muy bien, pero con una calculadora me apaño. En cambio, si no sé el porqué de mi rabia o mi tristeza, o lo que siento... no puedo tomar las mejores decisiones de mi vida. Me encontraría más limitada que con las matemáticas.

—Aunque sabemos cada vez más de emociones. ¿No crees?

—Sí, sí. En estos diez años se ha producido el cambio. Hay muchos libros hoy en día que tratan estos temas. Quizás demasiados. Creo que estos libros ayudan a los mayores, también a los niños, claro que sí, pero considero que somos los adultos quienes tenemos esta necesidad porque estamos cambiando de generación, el modelo parental, la manera en cómo queremos educar y criar a nuestros hijos, y estas guías están bien, pero lo que es la literatura infantil... Yo lo veo con mis hijos, no me piden estos libros, y tengo muchos de educación emocional y de otros autores, y me encantan, pero los niños necesitan libros de diversión, de aventuras, juego, fantasía...

—¿Te cambió a nivel personal este libro?

—Soy la misma, pero todos tenemos partes de nosotros mismos, diferentes facetas, capas... Los niños, al nacer, vienen limpios, pero las experiencias de vida, los condicionamientos, la educación, los miedos... en el libro hablo de esto. A mí me gusta porque abordo esta parte más oscura, me gusta tratar las sombras. La vida no es perfecta ni como vemos en las redes y poder hablar de la imperfección, emociones desagradables, miedos... me gusta. Para mí es importante educar no solamente desde la positividad. Hay luz porque hay sombra, buscamos la alegría porque hemos experimentado la tristeza... Esto hay que ir enseñándolo desde pequeños, porque si no después nos frustramos mucho en la vida.