El cine de no ficción sobre música atraviesa un momento dulce que, a la vista de los próximos estrenos, no va a terminar
06 dic 2021 . Actualizado a las 16:39 h.Con toda la parroquia televidente alucinando con el denso Get Back que Peter Jackson se ha sacado del baúl de los recuerdos —vaya por delante mi más sincero pésame a todos aquellos que no sean auténticos fanáticos de los Beatles que se vean obligados a ver este Let it be convertido en El señor de los anillos—, cabe cuestionarse cómo es posible que una plataforma audiovisual apueste por semejante epopeya. Más aún cuando apenas unas semanas antes se estrenaba McCartney 3, 2, 1, el documental que recoge las conversaciones entre Paul y el productor Rick Rubin. Lo cierto es que los documentales musicales están de moda y no parece que vayan a dejar de estarlo en próximas fechas, vistos los anuncios de las diferentes plataformas.
En los últimos años hemos disfrutado de un sinfín de costosísimas producciones destinadas a recordar a malogrados cantantes y bandas desaparecidas. Películas de calidad y pretensiones altísimas, con directores de la talla de Spike Lee (David Byrne's American Utopia) o Spike Jonze (Beastie Boys Story). Casi nada. Pero llama la atención que esto ocurra en una época en la que el consumo de música es tan volátil y etéreo, tan al alcance de un clic para pasar rápidamente a otra cosa, que pocos son los que se preocupan por darle pompa a un lanzamiento discográfico. Sin embargo, el formato audiovisual parece haber encontrado su sitio. Y, lo más curioso, no solo se dedican horas a fenómenos actuales como Omar Montes (sí, tiene su propia serie), sino que se echa el sedal hacia atrás y se repescan viejas leyendas y cadáveres bien parecidos. Incluso en España se han apuntado al carro desde Parchís hasta Los Ilegales, pasando por los Héroes del Silencio.
Llegados a este punto, no está de más recordar de dónde viene esta tendencia y repasar alguna de las joyas cinematográficas que todavía podemos ver en la tele antes de pillar el sueño. Son muchos más, pero tal es el volumen de producción que no cabrían en todo el Fugas.
Primera línea en los sesenta
Puede que el origen de esta edad de oro de los rockumentales haya que buscarlo hace casi diez años, en el 2012. Ese año se hizo con el Oscar una película que no se sabía muy bien si era fiel del todo a la realidad o si simplemente cogía por los pelos unos mimbres increíbles para contar una historia que a nadie dejó indiferente sobre un cantautor que nunca llegó a primera línea en los sesenta, pero que décadas después se le reivindicaba como un héroe en Sudáfrica. El músico en cuestión era Sixto Rodríguez y la película Searching for Sugar Man. Al año siguiente se llevaba la estatuilla A 20 pasos de la fama, documental que cuenta la historia de las cantantes que han permanecido detrás de las figuras principales, haciendo los coros. Y en el 2015 era la película sobre Amy Winehouse la que se imponía al resto de las nominadas. Desde entonces, esto ha sido un no parar: Montage of heck (sobre Kurt Cobain); Janis: Little girl blue; What happened, Miss Simone; Miles Davis: The Birth of cool; Linda Ronstadt: The sound of my voice; los dos documentales que se editaron tras la muerte de David Bowie: The last 5 years y The first 5 years o, por supuesto, la tomadura de pelo perpetrada por Martin Scorsese y Bob Dylan en Rolling Thunder Review, entre muchas otras películas.
Pero eso fue solo el principio, y la cosecha ha seguido creciendo y mejorando. Entre los últimos grandes estrenos que hemos podido ver este año está el de Tina, que recrea de la mano de la propia cantante la historia de superación que es la vida de Tina Turner, desde que estaba bajo la bota de Ike hasta que este terminó desapareciendo ante la altura de los tacones de la cantante. O The Velvet Underground, repaso visual al icónico grupo que comandaron en los sesenta Lou Reed y John Cale que lleva la firma de Todd Haynes para bien y para mal. Porque si alguien espera una historia lineal de la banda, mejor que la busque en otro lado, aquí encontrará más bien elucubraciones sobre el porqué de una banda semejante acompañadas de unas imágenes tan distorsionadas como la música. Y a estos habría que sumarles Woodstock 99: Peace, Love and Rage, sobre el fallido festival que hundió la utopía hippy en barro treinta años después; la serie producida por Iggy Pop titulada Punk, en la que recorre, más que nada, su propia herencia; la genial Historia de la Motown, donde Berry Gordy enseña a fabricar éxitos como si de una cadena de montaje se tratase, o la terriblemente emotiva Crock of gold, producción de Johnny Depp que sirve casi como panegírico prematuro del cantante de los Pogues, Shane MacGowan.
Y lo que nos queda, porque ya se está emitiendo la serie sobre las Spice Girls y Apple TV tiene en cartera Watch the sound with Mark Ronson y 1971, The year music changed everything. Permaneceremos en sintonía.