Detrás de una gran estrella siempre hay un gran músico gallego

FUGAS

Laura Solla es guitarrista de la gira de Aitana, Gabriel Peso ha realizado cinco giras con Bisbal y Miguel Lamas es el baterista de Dani Martín y Miriam Rodríguez.
Laura Solla es guitarrista de la gira de Aitana, Gabriel Peso ha realizado cinco giras con Bisbal y Miguel Lamas es el baterista de Dani Martín y Miriam Rodríguez. FUGAS

El pianista de Bisbal, el de Marta Sánchez y Chenoa, el de Dulce Pontes, el guitarrista de Loquillo, la de Aitana, el baterista de Dani Martín... Todos tienen en común su procedencia. Son gallegos que ejercen como músicos de banda en las giras de las estrellas. Les ponemos cara

06 ago 2021 . Actualizado a las 09:05 h.

No se puede hablar de un «lobby gallego», aunque es cierto que la mayoría de ellos se conocen, viven en Madrid e incluso, en algunas ocasiones, se sustituyen y suceden unos a otros. Son músicos que, en la mayoría de los casos, han aparcado sus proyectos personales para poner su talento al servicio de grandes artistas.

Alejados de los focos, en un discreto segundo plano y teniendo siempre muy presente lo que de ellos se exige, exprimen al máximo la oportunidad que se les brinda y el aprendizaje que de ella pueden extraer. A la mayoría no les importa que los llamen mercenarios. Gracias a su estatus están consiguiendo lo que para infinidad de músicos hoy ni siquiera es un sueño, sino una utopía: vivir de la música, disfrutar de ella, tocar en escenarios a los que difícilmente tendrían acceso y aprender. Aprender mucho. Aprender de los más grandes. ¡Ah!, y desprenderse del ego.

«El ego no existe. Lo que yo quiero es vivir de esto, que ya es un regalo», comenta Gabriel Peso, teclista pontevedrés que ya ha emprendido cinco giras con David Bisbal y que también ha acompañado a David Mateo, a Dasoul o a Soraya Arnelas.

El pianista pontevedrés Gabriel Peso ha realizado cinco giras con Bisbal y otras con Soraya o Abraham Mateo.
El pianista pontevedrés Gabriel Peso ha realizado cinco giras con Bisbal y otras con Soraya o Abraham Mateo.

La clave de este trabajo, explica, es «pico y pala y hacer kilómetros». Y tener muy claro el rol que cumples, que es «servir al artista. Tienes que hacer que el artista luzca». A cambio, asegura que se obtiene un máster en profesionalidad que, con el tiempo, aspira a rentabilizar con su proyecto personal, un trío de jazz con el que en otoño publicará su tercer disco.

También cita en varias ocasiones la palabra rol el también teclista pontevedrés Adrián Solla, que actualmente acompaña a Marta Sánchez, a Chenoa y a Ana Mena. «Yo tengo mi proyecto de jazz y en ese soy el líder. Ahora, cuando estás detrás tienes que tener otra forma de actuar. Yo no puedo decirle a Marta lo que tiene que hacer. Puedo indicarle algunas cosas, pero, si ella te dice 'tienes que tocar esta canción', te callas y la tocas. Que por eso te contratan, por lo que tocas».

Explica Adrián Solla que no hay una norma común a la hora de establecer la relación entre músico y artista. «Con Chenoa apenas hablo. No tengo ni su número de teléfono. Pero vamos juntos en la furgo. Por el contrario, Marta Sánchez no viaja con sus músicos, pero, sin embargo, hablamos mucho. Hay semanas que nos llamamos casi todos los días». 

Ahora que conoces de cerca su vida, ¿te gustaría ser una estrella de la música?, le pregunto. «Ni de coña. No, no, no», responde tajante. «Me gusta estar trabajando con ellas codo con codo. Pero no querría tener la vida que tienen ellas, para nada. Yo quiero seguir pudiendo bajar a comer una hamburguesa en mi barrio tranquilamente o ir a Pontevedra y poder pasear. No te imaginas lo que ellas pueden llegar a tener que soportar. No las envidio en absoluto».

Adrián Solla es teclista de Marta Sánchez y de Chenoa
Adrián Solla es teclista de Marta Sánchez y de Chenoa

El teclista pontevedrés habla de un protocolo no escrito, pero que hay que seguir. «He visto gente que se la han cargado por ir de espabilada. No dar problemas es tan importante como tocar bien», argumenta.

Tampoco tiene mucha relación con su artista Laura Solla, guitarrista de la actual gira de Aitana. «La tuvimos, y muy estrecha, durante las tres semanas de ensayos. Ahora, ella viaja en avión con sus allegados y los músicos vamos en furgoneta. Apenas coincidimos más que en el escenario».

Laura Solla es guitarrista de la gira de Aitana.
Laura Solla es guitarrista de la gira de Aitana.

Tras pasar por The Funkless y probar fortuna en Madrid con varios proyectos (Eva Ryjlen, Cherry & The Ladies), la pontevedresa ha entrado este año en el circuito de las grandes giras. Acompaña a Aitana y a Alba Reche. «Cada vez que me subo a un escenario, flipo. Espero mantener esto todos los años que pueda». Confiesa que no le importa en absoluto mantenerse en un segundo plano. «Yo nunca me he considerado protagonista de nada. Siempre me ha gustado la idea de ser mercenaria y estar en proyectos para aportar». Hasta el punto de que reconoce que es el momento más feliz de su vida. «Es todo tan fácil... Te lo dan todo hecho. No tenemos que cargar, tenemos backliners, trabajas con unos equipos increíbles, todo el mundo está con una sonrisa... Me siento muy afortunada de tener esto porque tengo muchos colegas que se están muriendo de hambre y que quieren dejar la música».

El baterista de Fene Miguel Lamas fue uno de los primeros en dar el salto a Madrid para trabajar como músico de gira y de sesiones. Actualmente acompaña a Dani Martín y Miriam Rodríguez. Con anterioridad estuvo en O'Funk'illo y en las bandas de Raimundo Amador, David de María, Amaia Montero o Abraham Mateo, entre otros. Y ha puesto el sonido de sus baquetas en discos de Pablo Alborán, Melendi, Manuel Carrasco o Álex Ubago.

Lamas no se considera en la sombra. «De lo que se trata es de hacer equipo», dice. «Es verdad que la gente no viene a verme a mí, pero yo lo prefiero. Es más tranquilo». Define la relación con los artistas para los que ha tocado como de respeto. «En general hay muy buen rollo. Cuando los focos se apagan, la gente es más normal de lo que parece», asegura.

Incluso Loquillo. O por lo menos es lo que asegura Pablo Pérez, el guitarrista vilagarciano que se ha incorporado a la banda del Loco tras haber girado en los últimos años con Zahara y Fuel Fandango. «La sombra de Loquillo es alargada, no cabe duda», bromea antes de añadir que es un grupo «en el que hay mucha interrelación». Asume Pablo Pérez que, «lógicamente, Loquillo marca la diferencia. Él no viaja con nosotros, pero nos trata con absoluto respeto, acepta de buen gusto las sugerencias que le hacemos y me permite ser quién soy. De puertas adentro, el Loco es muy protector con su banda».

El vilagarciano Pablo Pérez es guitarrista de la banda de Loquillo.
El vilagarciano Pablo Pérez es guitarrista de la banda de Loquillo.

A la pregunta de si se siente mercenario, el guitarrista arousano contesta que «sí, pero no tanto». «Nunca he estado en ningún grupo en el que detestase la música que tenía que hacer», añade.

De los muchos aprendizajes que aporta una experiencia así destaca que «aprendes a buscar tu sitio y que todo tiene que funcionar como un reloj. Te hace ponerte las pilas porque aquí no vale fallar».

El ourensano Antonio Casado, el Abuelo, fue desde el 2015 hasta el inicio de la pandemia escudero de Pedro Abrunhosa
El ourensano Antonio Casado, el Abuelo, fue desde el 2015 hasta el inicio de la pandemia escudero de Pedro Abrunhosa

En términos similares se expresa el guitarrista ourensano Antonio Casado, el Abuelo, quien desde el 2015 hasta el inicio de la pandemia fue escudero de Pedro Abrunhosa, el artista número uno del pop rock portugués. «Estar al lado de un animal de escenario te aporta muchísima seguridad. Aprendes de cómo él respeta el oficio, de cómo genera ese magnetismo con la gente y de cómo se enfrenta a un gran público. Es sobre todo una enseñanza psicológica», dice. No en vano, Casado tuvo ocasión de tocar junto a Abrunhosa ante más de 100.000 personas en Oporto y de actuar en China, Luanda, Canadá y en escenarios tan míticos como el Olympia de París. Eso sí, «cada día era un examen», recuerda. «No puedes descuidarte ni un segundo. Sabes que detrás hay mucha gente que está preparada y deseando relevarte. Eres como un deportista de élite. Si fallas, hay muchos detrás y muy buenos».

Destaca el Abuelo la importancia de encontrar el equilibrio entre mostrarse fuerte sin llamar la atención más de la cuenta. «El ego es mejor guardártelo. Pero a la vez tienes que demostrar fortaleza y mucha seguridad en el escenario», afirma.

Juan Carlos Cambas fue durante 10 años pianista de Dulce Pontes.
Juan Carlos Cambas fue durante 10 años pianista de Dulce Pontes.

También hizo carrera en Portugal el pianista Juan Carlos Cambas. Durante una década formó parte de la banda de Dulce Pontes. Con ella visitó 28 países y subió a escenarios tan imponentes como el Olympia de París, La Fenice de Venecia o el Palau de la Música de Barcelona. «Esa experiencia me permitió aprender cómo reaccionar ante muy distintos tipos de públicos. Es algo que me habría resultado imposible conseguir de otro modo». Cambas, centrado ahora en su proyecto personal A Viaxe, reconoce que «tú sabes que estás ahí porque Dulce está ahí, pero esa experiencia no te la puede quitar nadie. Vivirla es algo extraordinario».